Martes con cara de Lunes

Muchas veces cuando los fías lunes son feriados y comenzamos las semana laboral un día martes, ese martes tiene cara de Lunes. Es el día del «choque» luego de un receso un tanto más prolongado. Nos sentimos fuera de onda, y quizás al final de la semana, algún otro día se nos disloque por ahí.

Pero eso es normal con los feriados o tiempos vacacionales, en los que también al retorno puede pegarnos más, la realidad de la cual pretendíamos escapar mientras salimos de viaje o hacemos cualquier otra cosa distinta al trabajo. Sin embargo, hay partes de nuestra vida en la que también pasamos por esto.

Mal, pero con cara de feliz… ese es un estado mucho más común del que lo que nos atrevernos a aceptar. —Todo bien! Es nuestra respuesta habitual, cuando nos preguntan: —¿Cómo estás?

Y ese «todo bien» simplemente es el escape para no ir adentro, a nosotros mismos y encontrar que hay varias patas de la mesa que están quebradas. Puede ser salud, sentimientos, area financiera, y cualquier otro aspecto de nuestra vida lo que este resentido. Puede llegar el caso de ser todas a la vez, ya que un malestar puede traer una reaccion en cadena del resto se nosotros. Pero insistimos en: «estoy bien».

Solos con cara de acompañados, frustrados con cara de satisfechos, rotos con cara de completos. Y así transcurren los días, meses, la vida. Y no nos dimos el permiso de asumir y expresar como realmente nos sentimos.

Especialistas del disimulo, compradores compulsivos de máscaras, metidos de lleno en un personaje que ya no sabemos quitarnos. Y la pregunta de: -¿Quien soy? Guardada en el cajón bajo llave, por si acaso no nos gusta o no soportamos la respuesta.

Por más que pueda insistir en que es Lunes, hoy es martes y no alargaré la semana un día, solo porque quiera percibirlo de esa manera. Somos lo que somos, nos atrevamos o no a asumir responsabilidad sobre ello. Ni las máscaras o el maquillaje, ni sonrisas forzadas o fingidas, ni cirugías en los sentimientos cambiarán lo que en verdad nos afecta.

Días con nombres
Sentimientos solos
Mujeres y hombres
Preguntando cómo.

Ajustar lo que no es
Uso de máscaras
Sumar todo a la vez
Cuenta no clara.

Manos con cosas
Pero nunca llenas
Piedras preciosas,
Fantasía obscena.

No me conozco
Quien soy, pregunto
Aguanto un poco
Por estar juntos.

Nada me completa
Nada yo tengo,
Soy una veleta
Yo no me sostengo.


Cuando somos madres 🌼

La vida nos cambia cuando somos madres… aterrizamos a emociones desconocidas, conocemos de frente al miedo, pero aun así la fortaleza se hace presente de forma inexplicable. Las madres nos sorprendemos.

Nuestros días nunca más son iguales. Las noches no existen más como las conocíamos antes. Al principio es un llanto que nos reclama, por hambre, por sentirse incómodos o mojados, o simplemente por necesidad de tener el olor y el calor conocido desde el vientre, cerca. Dando sensación de seguridad y amor al que todavía es dependiente. Las madres nos desvelamos.

Las lágrimas comienzan desde el momento que escuchamos la voz de los hijos por primera vez, ese primer grito que dice: —llegué a la vida, inaugura una cascada de gotas en nuestro rostro que ya no se irán más, ya sea que las propicie la alegría o una profunda tristeza. Las madres lloramos.

Nuestro corazón palpita a la velocidad de la luz, cuando nos llaman «mamá» por primera vez, y quizás es porque al escuchar ese nombre en la boca de nuestros hijos, se nos confirma que es un título al cual no podemos, ni queremos renunciar nunca más, aunque eso conlleve muchas veces a renunciar a nosotras mismas. Las madres nos emocionamos.

Sostenemos una pequeña mano cuando los pasos empiezan a aparecer en los pies de nuestros chiquis, nos asustamos con cada caída, pero ahí estamos para agarrar, esa misma mano que años más tarde no querrá más ser sujetada por la nuestra. —Ya soy grande, mamá. Será una frase que taladrará nuestro corazón cuando ya no seamos necesarias para mantener un equilibrio, o librar de un miedo nocturno. Las madres estamos ahí, siempre.

Celebramos las grandes victorias y hasta lo que no se considera como tal. Una vuelta en la bici sin rueditas, un gol anotado aunque no hayan más jugadores, una escala musical que has escuchado por horas seguidas, una corbata puesta por primera vez, unos tacones que nos asustan, pero se ven bien al final de esas piernas que ya crecieron. Ser testigo de las primeras flores para una chica o secar las lágrimas de un corazón roto por un chico despiadado. Las madres estamos de fiesta por los hijos.

Vemos nuestros cuerpos y comprendemos con asombro que fuimos capaces de tener otra vida dentro y ahora verla andar fuera, y esa misma vida nos mira a los ojos, haciéndonos entender que que hay misterios que no alcanzaremos a descubrir y micho menos a comprender, pero al final maravillosos, por hacernos parte de esa misma magia. Entonces las estrías, los kilos demás y unos pechos que ceden totalmente ante la gravedad, se vuelven un altar en el camino de la vida, que señalan como en la antigüedad, los milagros ocurridos. —¡Un hijo nació, y fuimos parte de eso! Las madres entregamos.

Así también, llegan los días de los títulos y graduaciones, de trabajos nuevos, de novias y novios, de matrimonios. Y esa misma manito pequeña que un día se aferraba a nosotras, ahora nos dice adiós en un aeropuerto, al salir de una boda, en el terminal de buses, o en la propia puerta de nuestra casa, porque decidieron irse a vivir al menos 10 calles lejos de nosotras. Es como si el telón de nuestra obra estelar bajara, y aunque exista uno que otro aplauso, la tristeza nos embarga, llega. Las madres nos sentimos solas.

Pero la historia no termina, luego veremos la sonrisa, los ojos, las manos y los gestos de nuestros hijos, en sus propios hijos… entonces ellos comenzaran a entendernos más y sabrán de la dimensión de nuestro amor y la necesidad de aquellos «no» por los cuales nos odiaron a ratos. La vida es tan bella que no nos permite quedarnos solas en el papel de madres, sino que invita también a nuestros hijos a tener hijos, y recibimos un «gracias» inexplicable a través de sus ojos, aunque quizás sus bocas tarden mucho tiempo más en atreverse a pronunciar un agradecimiento genuino. Las madres nos hacemos mayores.

Los años pasan, llegan las enfermedades, las arrugas, las canas, la voz se vuelve más ronca, las piernas menos fuertes, los pasos más lentos, las manos menos ágiles. Pero los hijos siguen intactos en el corazón y la mente, las lágrimas de la nostalgia siguen cayendo y las de la alegría cada vez que los vemos, también son compañeras. La tumba nos espera, pero antes de irnos queremos una mano que sostenga la nuestra, para poder decir un último:—Te amo hijio(a), besar una cabeza e irnos con la certeza de que nos dimos, con el amor más grande, sincero y hasta puro que fuimos capaces de ofrecer. Quizás no exento de dudas, errores y decisiones equivocadas, pero si con las ganas, el deseo y la motivación de hacerles bien. Las madres morimos.

Madre, la que pare dolores y alegrías
Que da sin medida, aunque duela
Cuyo horario comprende la noche y el día
La que deja su amor, como una huella.

Felicidades a todas las que tienen un hijo en si vientre y lo aman desde entonces hasta que la vida se agota pero también también a aquellas que sin haberlos concebido en sus cuerpos, los han concebido en sus mentes y corazones, que van sembrando hijos a sus pasos y tienen un sentimiento enorme. Gracias por ser mamá.

Quietos, cómodos, muertos 😌😶😔

Cuando salimos de lo conocido y decidimos ir más allá de donde estamos acostumbrados… ahí operan los cambios, las transformaciones, los milagros.

Y puede ocurrir que no seamos nosotros los que propiciemos tales saltos, sino que algún agente externo empuja, lo que para nosotros siempre fue un «tabú » del conformismo. —Nada como «lo conocido, lo lógico, lo seguro» nos lo repetimos las veces que sea necesario para aquietar, mutilar o matar dentro, cualquier intento de hacer lo distinto.

Cruzar una calle trae riesgos, y nadie quiere eso. Sería más fácil que todo llegue hasta donde estamos, a esa orilla tranquila, donde no pasa nada más que en nuestra imaginacion. Esa misma en la que somos héroes (o heroínas) mientras cerramos los ojos, pero que en la realidad, no somos más que cobardes, escondidos tras retóricas que nos justifican aparentemente.

Amar, es un pasaje con destino mágico y paradas obligatorias en el dolor o sufrimiento. Entonces queremos comprar el boleto en primera clase y nunca acercarnos a los límites en que podamos salir lastimados (no así nos ocurre con el límite de lastimar). Como resultado tendremos relaciones quizás duraderas, pero que nunca se atrevieron a abordar lo que realmente desagradaba. El sentimiento se maquilla y se ve mejor, las emociones se estiran y no parecen viejas, el amor no se pone a prueba, pero raquítico también funciona porque cabe en cualquier parte.

Pero…

Ningún descubrimiento que valga la pena se ha llevado a cabo sin errar muchas veces, y tener que saber lidiar con la frustración que eso produce. Quizás eso construye la paciencia de la espera.

Ningún músculo se estimula sin el cansancio y hasta dolor que produce ejercitarnos. Quizás eso trae fortaleza y resistencia para el resto de nuestras actividades.

Ningún sentimiento real ha permanecido en el tiempo, sin que las lágrimas hayan adornado los rostros de quienes lo profesan. Quizás eso permite que la sensibilidad se cultive y seamos personas «de verdad».

En fin, no hay nacimiento sin un parto, y este trae consigo dolores y expectativas y hasta temores. Así que pretender evadir todo esto, es querer arrancar de un libro, las páginas que añaden emoción a la historia.

Si todo es igual, perfecto y en el mismo lado, cansa, aburre y la zona de confort puede convertirse en algún momento en la cárcel de la cual es posible que no salgamos.

Quedarnos quietos,
Dormido el sentimiento
No sentir nada, solo el temor
De sentir.
Nos hace eternos, presos, vacíos.

No hay salida, para quien no mira la puerta
Habitantes del temor continuo,
Del que no cruza, no se atreve,
No vive (amor).

El riesgo esta ahí, y "corre el riesgo" de quedarse cómodo, si no se despereza.

La costumbre ataca, y dejarla fuera hace doler la piel del placer, de lo corriente.

No existe sobresalto, para quien no ama,
Para quien no descubre en las fauces del dolor,
Eso que no es correspondido.

Y nos quedamos quietos, seguimos viendo la vida,
A través de algo que creemos puerta
Cuando en verdad es solo el ojo gastado de una cerradura.

La felicidad

A veces la felicidad se trata solo, de un pétalo que abre
De una tierra dispuesta a que crezcan las raíces,
De una lluvia que no se niegue a mojar lo que está vivo.

Solo a veces, la felicidad viene cuando los ojos se abren, y vemos
Lo que estaba dado por obvio,
Lo que era invisible por carecer de importancia
Y la vida se adornada con intereses que no suman.

Entonces somos dibujadores de una felicidad que no existe,
Absurda
Ciega
Que reposa solo en lo tangible y en lo que suena.

Y dejamos de vivir lo que realmente alegra.

Un pétalo, una sonrisa, una compañía de esas que nada tienen que ver con lo que seamos,
Sino mas bien con quien es, ese, que esta dispuesto a estar.

La felicicidad es un jardín lleno de distintas flores,
Unas que abriran en su espledor
Otras que no llegaran a florecer,
Todas portadoras en si mismas de alegría.

Seres distintos en un mismo lugar, con ganas de hacerse bien.
Eso... eso tambien es la felicidad.

Mirar la luna….

Mirar la luna….

Mirar al cielo y encontrarnos con Luna, es un regalo…

Quizás para quién no representa un milagro, el poder hacerlo, esta especie de «admiración puede pasar desapercibida.

Somos dados a obviarlo, lo obvio.

Pero, encontramos con Luna a estas horas de la mañana significa que no todo está perdido.

Aunque a veces esté muy gris, muy frío y hasta muy inhóspito si se quiere, verla por ahí sonriendo, me reconcilia con la luz, el calor y la humanidad

No todo el que puede verla, la ve. A muchos no le importa. Su preferencia está en mirar al suelo, calcular los pasos para llegar a algún lado, contar los billetes que de traiga en los bolsillos, producir lo que se conoce como éxito. Ser importante.

Entonces se toma el mirar más allá de la nubes, como una tontería innecesaria, como quien vuela por ilusiones insondables y por tanto no realizables.

Pero ella está allí, irrefutablemente es así. No es ilusoria, ni utópica; su presencia reafirma que somos parte de un todo inmenso, en el que alcanzamos a ver en este momento, solo una parte muy sutil de quien es

«Todo esta en orden», me sugiere su presencia. Todavía hay día y noche. Seguimos girando sin caernos y es algo extraordinario. Lo pasamos por alto cotidianamente, pero es así, giramos sin caernos, no terminamos patas arriba, sino que podemos seguir andando «normalmente».

Somos especialistas de lo obvio, y ver a Luna me lo recuerda y me hace no sentirme muy cómoda en el sillón de la indiferencia. Porque eso no es vivir.

Azul inmenso, celaje blanco
Esperanza de permanencia, de quietud, de armonía.


Guiño en el alma, cráteres de escondedero para los que se sienten solos. Abrazo de piedra que no sabe a frío.


Mirada a la tierra, sublime y tierno. Quisiera que todo pasara y poderse sentar en el infinito a compartir un café de amistad, que haga sentir el universo humano,festivo y amable. Todos juntos.

A estas horas de la mañana,sola, pero ella sabe que las estrellas estan ahí y su brillo lo siguen compartiendo aunque lo guarden de la mirada de lo terrestres obviadores. La compañía no acaba.

Luna, bella, plácida en el cielo, fuera del alcance de la tristeza y el conflicto. Esperanza, cercana a pesar de la distancia. Amor.

Gracias por estar,gracias por no irte,gracias por sonreír en esta fase y regalarte llena cuando quieres.

Mi corazón te ve y se alegra, mis certezas se vuelven más fuertes y el hoy se adorna contigo.

El día comienza, miro al cielo y vale la pena.

Martes 17, Enero 2023

Caminar por las nubes … ☁️☁️☁️

Caminar por las nubes … ☁️☁️☁️

Mirar al cielo es algo que me atrapa.. me recuerda a ti, y a la inmensidad de lo que sentido.

Ya ha pasado el tiempo  y su azul se a vuelto más  para mi, que para ti. Estas distante, y es bueno; ya cabalgar entre las nubes me lleva a lugares nuevos en los que te desdibujas, pero en los que también hay felicidad

¡El cielo está regio! Y no pasa de serlo  tal vez los que ya hemos pasado somos nosotros, por no atrevernos a mirar la vida juntos con certeza de eternidad.  Pero está bien, la vida funciona «en la tierra como en el cielo», estés  o no, duela o sea soportable.

El cielo se mueve o al menos eso creemos, mientras las nubes juegan a esconderse o a alcanzarse unas a otras. Yo, me quedo estática mirándolo, pero mi corazón se mueve como la primera vez que descubrí que ahí estaba la vida. Arriba, donde nadie toca, donde los sueños palidecen ante la realidad de lo que es realmente incierto. Y ahí me quedo, tranquila, solo con el agite que dan los sentimientos,pero los guardo.

Me encanta el cielo… y así será siempre, dando pasos (cortos o largos) por las nubes.

Descansar en paz… 😴 ✝️

A veces miramos el camino por delante,
Nuestros pasos en reversa,
Y aun así pensamos que solo por movernos, avanzamos
Simplemente el horizonte se volverá mas distante.

Otras, preferimos la quietud, el silencio, la muerte...
Y el ruido del corazón es impresionante, agónico,
Las emociones están agitadas,
Las ganas de correr a la vida están dentro,
Pero afuera solo llueve y nos quedamos empapados.

Contradictorios, que somos así,
Incoherentes, incapaces de andar mucho tiempo
En línea recta,
Porque termina siendo una cuerda floja, que lastima los pies
Y el abismo abajo es demasiado grande.

Cuesta asumir el silencio y gozarlo, sin que este sea el "modus" de castigo,
Para el que nos habla mucho y dice nada,
Cuesta el coraje de dar pasos, porque eso implicaría soltar manos,
Esas, a las que alguna vez elegimos asirnos
Que quizás ahora, son solo peso muerto que nos agota.
Y nos hundimos.

Entonces la vida nos muestra una esquina,
Una curva cerrada que después de pasarla,
No hay vuelta atrás, que si seguimos vivos después de ella
Nuestra mirada cambia,
Quizás preferimos obviarla, pretender que el camino no la tiene,
Que todo siempre sigue igua, que no hay nada que cruzar.

Así se acaban nuestros días, y no vivimos...
Simplemente pretendíamos movernos,
Sin llegar a ningún lado, sin respirar demasiado, sin ningún sobresalto,
Creyendo que eso es "descansar en paz"
Para luego voltear y con una nostalgia llena de angustia, asumir que lo dejamos pasar
Y ya no hay tiempo...

Botes de un solo remo… dolor 🚣‍♀️ 😔

Simple! un bote lleva dos remos, porque ambos son necesarios… si se quiere llegar a una orilla, por supuesto.

Como humanos a veces tendemos a meternos en relaciones que duelen; aunque por mucho tiempo nos empeñemos en no darnos cuenta, o al menos esa es la excusa más condescendiente que podemos ofrecernos a nosotros mismos “que no nos dimos cuenta”, aunque el daño esté hecho.

Por razones que yo no alcanzo a entender queremos ir tras lo que “no es”, y tenemos un mal radar para dirigirnos a un lugar que ni siquiera existe. ¿Porqué digo esto? Porque he tenido un solo reno, se como es, soy humana.

Las relaciones, que llevan entremetidas sentimientos, emociones, entrega del día a día (dicho de una manera más corta, vida) son como una embarcación. Para no hacerlo ver cómo algo colosal, ni siquiera voy a decir que es una “gran embarcación”, no, solo diré que es un bote. De esos en los que cabe una persona, o dos y en los que obligatoriamente hay <dos remos >.

Como todos sabemos para que un bote se mueva para algún lado y llegue a una orilla de forma afortunada, es necesario que se reme, haciendo uso de las aletas de madera laterales llamadas remos. Y es igual para volar… lo que tiene facultad para hacerlo, también tiene dos alas.

Igual ocurre en las relaciones con las personas, sobre todo en las que se involucran sentimientos. Puede que por mucho, mucho tiempo una persona se conforme con estar estancada en un lago sin ir a ninguna parte, sólo remando por su cuenta para intentar que la otra persona esté “a bordo” del bote (cosa que nunca ocurre). Tener ese remo agarrado por nuestro corazón y tener la esperanza absurda de conseguir aún el más leve movimiento, se convierte en una obsesión, la mayoría de las veces más bien tóxica.

El uso de un solo remo, puede traducirse en acciones que todos conocemos: cuando una sola persona es la que llama, cuando solo hay detalles de un solo emisor; cuándo la palabra “te quiero” es un repertorio que alguien va acumulando porque recibe y recibe, pero esos vocablos son desconocidos para trasmitirlo a esa otra persona, siendo verdad.

¿Que las cosas pueden llegar a estar por largo tiempo así? ¡Lamentablemente, si! Eh ahí, la razón desconocida. Por alguna fuerza oculta o simple tontería (para quitarle lo profundo o místico) asumimos quedarnos con un solo remo, a riesgo de hundirnos.

Esperamos que una migaja de amor caiga de la mesa rebosante de quién lo reparte quizás a manos llenas para otro, pero nunca para nosotros, volviéndose casi obsesivo el deseo de recoger alguna gota de amor mal destilado que pueda llegarnos. Eso no esta bien, ni nosotros tampoco si nos empeñamos en justificar el desamor y conformarnos con ello.

Elige moverte, llegar a alguna orilla, bajar del bote si es necesario, porque a un solo remo igual no llegaras a tiempo a ningún lado.

Es preferible elegir un camino y andador solo, a estar a medias con un sentimiento mal valorado. Las relaciones son de a dos y se requiere la participación de ambos, sino condenanos al corazón a un monólogo triste.

Un solo remo, sugiere una sola persona a bordo…

Clima y sentimientos… 🥶💔

La vuelta a casa, en el manto gris de la casi noche. La vida corre.

Él recuerdo es buena compañía, o quizás mala para traer los dolores de otrora. El pensamiento viene.

Luces en el tráfico, frío en la cara, se corta de alguna manera el ciclo de nostalgia. Hace bien olvidar.

Sigue el camino y mientras avanzó mi propia película echa hacia atrás. La terquedad del corazón.

La realidad no perdona, te mantiene alerta o puedes ser derribada por quien anda apurado. Los sentimientos se han ido.

Y llueve, como si la tierra estuviera árida y lo necesitara y los pasos se vuelven pesados por el agua. Ya no hay a quien amar.
Otro día gris…

Encontrémonos… ven conmigo

Esta es la invitación, para seguir juntos…

https://soloescriboloquesientoypienso2.wordpress.com/

Esta será la nueva ventana que se abre para continuar escribiendo de lo que se mueve dentro de mi y necesita ser expresado en letras. Si estás dentro, se bienvenido(a) nuevamente. Siempre ha sido un placer que estemos juntos. Si es la primera vez, te invito a ser parte de lo que mi corazón piensa… si, porque eso hace y simplemente la razón, siente.

Te animas y nos vemos ahí…?