A veces insistimos en hacer algo
Y recurrentemente no nos sale
No “cuaja”, no se cristaliza…
Hacemos nuestro mejor esfuerzo
¡Y nada!
Eso nos abruma,
Nos hace tocar el borde del dolor
Y entramos en la frustración.
Muchas veces desistimos
Nos cansamos,
Y decimos que simplemente,
¡No pudimos!
Y la tristeza nos castiga
Mientras, seguimos el camino.
Hasta que…
Aparece alguien
Que siente igual,
Que quiere igual,
Que lo ha intentado
Y no se ha cansado,
Pero igual no lo ha logrado.
Se unen nuestras manos,
Se encuentran nuestros sueños
Y de algo imposible,
Comienza a nacer algo posible
Y de eso, nos hacemos dueños.
Dos corazones solos
Caminan sin esperanza
Dos corazones juntos
Se dan mutua confianza.
¿A quién tienes a tu lado?
¿Con quién se encuentran tus manos?
¿Quien comparte tu milagro?
Es una maravilla que seas tú
Mi otro extremo en este tramo
En el que juntos andamos
Codo a codo, mano a mano
Construyendo lo deseado.
Paso a paso, juntos es un milagro…
Gracias, Awilda:
Es una maravilla que seas tú
Mi otro extremo en este tramo
En el que juntos andamos
Codo a codo, mano a mano
Construyendo lo deseado.
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Es un milagro!
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¡Los milagros existen!
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Awilda, ¿sabes qué? Ocurren milagros a nuestro alrededor cada día. Más que insistir, tenemos que abrir bien bien nuestros ojos. Y si es en compañía, como tú dices, el milagro compartido es enorme entonces.
Un beso!
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Así es Natalia querida. Los milagros abundan… Lo que faltan es ojos dispuestos a encontrarlos. Abrazo amiga!
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Felicidades, Awilda por tus poemas y por este en particular.
Un abrazo
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Gracias a tí por leerlos y lo que expresas. Eso es parte del milagro! Abrazote!
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