(Para los que levantan la bandera del “Dar” y les basta con eso… Con frecuencia damos, pero no entregamos y pretendemos seguir siendo dueño de lo que hemos “dado”).
Una de mis canciones favoritas dice ” Dar lo que te sobra nunca fue compartir, sino dar limosna“. A veces consideramos que extender la mano al otro contempla sólo meterla en el bolsillo nuestro y sacar para dar las monedas que nos sobran, esas mismas que ya nadie quiere (al menos en mi país no sirven para mucho, por no decir para nada, al igual que el resto del dinero de curso legal). Pero más que “dar” y ser reconocidos por eso, el detalle es compartir.
Alguien necesita una sonrisa
Sonrisa que le alegra la vida
Vida que ha sido afectada por problemas
Problemas que disminuyen al ser oídos
Oídos que son un buen instrumento para compartir tiempo
Tiempo, lo que tenemos de mayor valor en esto llamado vida.
Si se trata de dar; ¿porque no “dar lo mejor“? A veces pensamos (y con algo de razón) que si damos todo lo que tenemos, corremos el riesgo de simplemente quedarnos con las manos vacías. Pero si damos desde el corazón, este puede ser una fuente inagotable de riquezas y en la medida que nos atrevemos a ” compartir” se va llenando aún más? Teniendo cada vez más para ofrecer.
Compartir nuestro tiempo, como nuestro bien más preciado, es una muestra de que la otra persona nos importa. Hay quienes dicen: “me voy a tomar un tiempo para estar contigo“…y resulta que eso nunca ocurre porque se está “muy ocupado”. Irremediablemente el mensaje que la otra persona recibe es que simplemente no está en la lista de sus prioridades. Si la persona a quien se le hizo la promesa o se dio la palabra de ” estar” pasaba por uno de esos -bajones- que muchos en cualquier momento atravesamos, un “dejarte a un lado” de esos puede resultar f u l m i n a n t e.
Compartir los sentimientos y emociones. La persona con la que se pueda hacer eso, es esa plcon la que estaremos conectados; más allá de la distancia, por encima de argumentos sociales, obstáculos que parecieran insalvables, o simplemente rutas que no coinciden geográficamente en el camino de la vida. No obstante si consigues compartir sentimientos y emociones puedes lograr hacer un mundo aparte, y nadie puede quitártelo.
Compartir el silencio. No siempre estar y ayudar significa hablar. Hay mucho que se puede decir en el silencio. Palabras que llenan más allá de lo que simplemente se articula. Estar a tu lado, que sientas mi presencia y que haya certeza en tu corazón es una simple consecuencia de haber compartido mi vida contigo.
Compartir el dolor. Es fácil querer estar en el momento de la fiesta, pero en el momento difícil, del llanto, de la decepción y hasta de la depresión, sólo se recibe visitas puntuales en los pasillos oscuros de nuestras emociones. Todos quieren estar con el que divierte, nadie quiere estar al lado del que se siente mal. Estar dispuestos a compartir las lágrimas del otro, hacen que en sus momentos felices quiera nuestra presencia. Por ser testigo de tus lágrimas, son de tanto valor para mi, tus sonrisas.
Compartir lo que escribimos. El que tiene algo, sabe algo, cree algo y no lo comparte, ¿para que sirve? Quizás tus letras ayuden a otro a escribir también, tal vez los que escribas haga que alguien reflexione, se ría, o simplemente se moleste al sentirse confrontado con parte del texto. Eso es compartir la luz de alguna manera. La oscuridad es una luz que no se enciende, que no se comparte, que no se da.
Y a esto, también le sigue todo el resto que podemos compartir, tanto a nivel material, emocional y espiritual. Para llegar a “hacer” algo por alguien, tenemos que “ser”de los que quieren compartir.
Compartir los sueños permite que se pueda volar juntos.
Entregar nuestro tiempo es muestra de un sentimiento.
Escuchar de corazón al otro nos hace olvidarnos de nosotros
Abrir nuestro corazón nos permitirá dar amor.
Si vas por el camino y alguien te espera, no lo dudes tu alma entrega… Te sentirás útil y a la vez amado, y sabrás que no ha sido inútil cada paso dado, y aunque lo intenten borrar queda lo que compartiste. Tu alma, tu ser, eso que entregaste, eso es lo que da sentido a la vida.
El que comparte, entrega de sí mismo.
Pregunta para hoy Sábado
¿Prefiero dar o compartir?
¿↩↪?
Aquí creo que soy un poco salomónico… porque no dar y compartir al mismo tiempo?
No da más el que más tiene, si no que el que teniendo poco lo da todo.
Bonitas reflexiones, Awilda.
Abrazo
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Tal como lo dices es Xabier. Ni es la cantidad sino el sentido de la entrega.
Abrazo para ti.
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Tremenda reflexión de vida, muchss gracias por compartir.
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Todo un placer.
Abrazote.
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