Este mes de Junio, ha sido un mes agradable. Puede decirse que mis personas favoritas, tienen que ver con este mes…casi desde el principio hasta el fin. Sus atardeceres han sido un espectáculo.
Hace unos días atrás hubo dos atardeceres que de sólo mirarlos me emocionaron tanto que tuve que hacer un esfuerzo para no llorar… eran realmente un ¡Wow! Lamentablemente para mí, no pude tomar ningún registro fotográfico de ellos… y de allí he descubierto que hay gente “peligrosa o nociva” la que te roba los atardeceres… por estar en el medio o por que se levante la censura al no tener que explicarles que sientes ante uno. Bueno pero ese no es el punto ahora, aunque es como una lección, no es como para darle mucha “cámara” en esta entrada.
Lo que me ocupa gratamente en este momento, es el atardecer de ayer 17062016 y los pensamientos que me dejó….
Todo el día estuvo sin mucho color. Más bien todo estuvo como “pesado” y lo que quedaba de él, parecía no variar… al final de la tarde no pude ver el sol, los edificios laterales de mi acostumbrada vista lo impedían, y llegué a pensar… bueno, ¡una tarde gris! Reconociendo que el gris, también es un color, me creí satisfecha con eso. Quería ver lo que estaba más allá, pero no podía, así que simplemente me resigné a ver lo que estaba al frente de mí y a pensar que no podía ser de otra manera.
Lección #1 del atardecer:
“Cuando nos resignamos, las posibilidades no existen”
Pero había algo en mi que no me dejaba tranquila, quise ignorar el cuadro y seguir así, sin mucha emoción…. total, la vida es lo que es y ¿quien puede cuestionarla? Sin embargo el escenario no se quedó quieto…. ni mi corazón tampoco….
El sol como queriendo decir… ¡Epa, no me he ido, estoy aquí! Dejó salir algo de su fuerza, aún en la despedida.
El cielo fue adquiriendo matices en colores sutiles muy hermosos… el gris palidecía ante la belleza que producto de el mismo y el reflejo del sol, se formaba.
Lección #2 de este atardecer:
“De alguna manera, podremos deslastrarnos de la resignación… si simplemente, queremos”
Y fue entonces, cuando ya había dejado a mi corazón, volver a sentir, le había quitado el velo que cubría su interés, su atrevimiento… fue entonces, que pude abrir los ojos de mi ser, para ver realmente los colores de este atardecer de Junio… que un vez más me hizo cosquillas en el alma. ¡Y la maravilla apareció!
Lección #3 de este atardecer
“No te pierdas de lo que es posible, sólo por quedarte en la estación de la resignación”. Sal, observa, encuentra lo que buscas y sobre todo, disfrútalo!
Este atardecer, me hizo simplemente pensar… (pensar en tí)
Me encantó este post.
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Angela, un gusto tenerte por aqui. Gracias por comentar.
Cada atardecer me va enseñando algo… junto al resto de lo que logro observar.
Un gran abrazo
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Así es. Me encantan los atardeceres, los aprecio, me llenan de paz. Acá donde vivo el sol se mete en las montañas nevadas todo el año. Es espectacular. Un abrazo cordial.
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Maravilloso!Me encantaría ver una foto de eso que describes. Un gran abrazo.
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Gran entrada.
Grandes consejos
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Gracias Jag. Me encanta que estés ahí.
Un abrazo.
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Me gustó mucho esta entrada, yo soy una enamorada de los crepúsculos y me sentí identificada contigo al leerlo 🙂
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Que bueno “Doncella” cada uno de estos atardeceres me deja algo grabado en el alma… ppr eso lo comparto.
Un abrazo.
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