(Para los que hasta este día han decido compartir conmigo este viaje de las letras… y para tí, que en tu espera los he encontrado a ellos, este reconocimiento en forma de cuento)
…❤️💭
Te espero, y siempre te espero.
Tú lo sabes, me has dejado en el andén cada vez que te he dicho que subamos al tren y nos volvamos locos. Eso es digno de aplaudir…
Cuando nos conocimos en aquel parque, aquella tarde lluviosa nunca imaginé que podría sentir tantas cosas por tí. Tú silencioso (con pensamientos que hacen ruido), yo abstraída en mis problemas los que no se acaban, los que me persiguen.
Una sonrisa tuya me rozó la mejilla al dejar caer de mi cuaderno una nota con algunos garabatos míos que decían:
-Qué el mundo se vaya al rincón, y que ahí mismo explote!
Sonreíste al leer mi nota y no sé cómo esa sonrisa me hizo cosquillas en el alma, pero así fue. Silencioso seguiste hasta alcanzarme, porque mis pasos no eran muy rápidos entonces, como los de estos días, como los que a veces soy para alcanzarte en la distancia.
Seguí escribiendo notas, tu seguiste recogiéndolas. Tú sonrisa se acercó y me dibujo unas cuántas y por supuesto con ellas también vinieron emociones de la mano de la tristeza.
Me acostumbre a tí, a tus pocas palabras, a tus muchas sensaciones, las que produces en mi (no hablo de las tuyas, esas son secretas, para el universo que las contiene…) Así que no dudé en cruzar el umbral de la distancia y acercarme cada vez más a tus límites… esos que no he cruzado, al menos no con huellas físicas.
Una vez te invite al bosque, ¿te acuerdas? y allí se me enredó en el alma una poesía y pude componerla y recitarla mientras te fuiste y no volviste. No supe salir de allí, así que recurrir a la orientación de la cual carezco. Las letras me sirvieron para que el temor no me matará, y el desacierto no me contará cuentos que no eran ciertos. Luego me senté muchas veces en el banco, ese que ya sabes uso para tejer mis historias contigo. En el banco y el columpio ahí me había sentado muchas veces, sin que alcanzara al fin a verte.

Unas de ellas escuché tus pisadas acercarse y luego también sentí tus pasos apresurados alejándote a la carrera por el temor a lo que sientes, temor que yo hace rato perdí, porque confío en que el que tú sientes te detenga por los dos, y esa es mi garantía de no abandonarme en la locura. A veces solo quiero romper el sello de la garantía y abrir el piquete.
Y así, subí y bajé por ahí, por esos lugares que conocemos, que nos hemos construido y que existen o no, según la imaginación del que los cuente o de quién los encuentre. En cada uno te espere y te fuiste, sin certeza de aparecer. Tranquilo, que ese no es el motivo de esta entrada… yo estoy bien, tu mejor.

Hoy sigo escribiendo notas, unas más largas que otras, unas que son de una página, otras que son más de cientos… y ¿sabes qué? Entre una espera y otra, llegue a orillas del Mar, sí de ese, el mío, el que ya sabes..porque allí mi llanto no hace tanto ruido y si las lagrimas bajan tengo la excusa de las olas, porque ahí puedo reírme a carcajadas y el viento me alborota sin tener que justificarlo… allí también fui y me quedé a esperarte.

¿Te confieso algo? El mar en el fondo me asusta, su inmensidad me intimida y a veces ruge como mis pasiones cuando te pienso.

A su orilla he ido haciendo una fogata, en la soledad acompañada de quien te espera, y ahora quiero darte 564 gracias, si… se que te suenan los dos últimos números de esta cifra, y por eso también van estas 564 acciones de gracias, porque en esta espera entre olas y gaviotas han llegado hasta este el lugar de mi espera, 564 almas geniales que en su camino, se han topado conmigo, yo, esperando contigo, más que por ti.

Ha sido interesante conocerles, unos muy felices otros no tanto, algunos irreverentes, Desinhibidos, unos rabiosos otros excesivamente contentos, quizás unos reales otros simplemente imaginarios. Sabes? Hay personas increíbles con personalidades dignas de escribir un libro, gente que escribe, otros que cantan, la poesía se percibe desde la más profunda relación de amor hasta el más alto y escandaloso erotismo.
Unos son pausados y me han llevado al ejercicio de la paciencia para leerles, otros me abruman con tantas emociones. Algunos toman fotos tan geniales que nos envuelven en sus lugares, otros personifican una buena amistad y he encontrado personas tan diferentes que me llaman la atención. Eso te lo agradezco a tí. La espera como ha servido.

Así que aprovecho esta oportunidad que tengo contigo aquí, entre el susurro de estas letras para hacer un alto y reconocer mi gratitud también hacia ellos, esos 564 que hasta este momento se han detenido en esta fogata, a la orilla delMar de mis emociones, ya sea amaneciendo o anocheciendo… han venido a compartir conmigo mientras espero.
Unos llegan dicen algo y simplemente se van, otros llegan se sientan, preguntan y no esperan respuestas, otros simplemente están silenciosos no necesitan decir nada. Algunos han traspasado la línea de la distancia haciéndose más cercanos y ha sido toda una experiencia. Y yo sigo aquí, les miro, les observó, les escucho, les leo… mientras pienso en ti, y te espero, mi gratitud hacia ti y hacia ellos.

Tú eres mi regalo favorito, ellos el regalo que en tu espera me ha regalado la vida.
Brindo por ellos, brindó por ti.