El que se afana por solo llegar, puede que esté tan cansado al final, que no logre disfrutar nada al llegar.
El camino también está lleno de bancas y lugares donde parar a solo disfrutar de lo que está a la vista, de lo que hemos andado o simplemente de tomar el respiro necesario para poder continuar y hasta replantearnos si queremos continuar en la misma ruta o no.
Del modo que sea, todo el camino también contempla un descanso.
No es más fuerte quien nunca toma un tiempo para sí, sino aquel que conociendo sus capacidades sabe cómo administrarlas.
Disfruta el camino… se puede andar y parar, descansa.
Cada paso una delicia y cada paseo una oportunidad de gozar para no alcanzar el final. Un abrazo.
No hacer planes es la garantía para que nada los desbarate.
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Me encanta eso de no haber planes, para no quedarnos sin ellos. Un gran abrazo querido Carlos.
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