En la vida, podemos elegir ser simplemente parte del escenario, quien es puesto de un lado o de otro a conveniencia del que dirige la fiesta. Pero también podemos elegir, ser el motivo para una real celebración.
Los adornos son bellos y desechables; causan sonrisas momentáneas y son olvidados casi instantáneamente. Los motivos reales para celebrar muchas veces carecen de apariencia física, pero su profundidad nos regala sonrisas de las que no se borran con facilidad. Lo que nos da Alegría, abre las puertas a una celebración interna, continua.
Pero claro… cada quien elige .