Un atardecer que despide el día, con la bienvenida de mi amiga Luna.
Sutilmente aparece, pero es capaz de brillar aún en su versión más recatada. Un lucero consecuente, siempre le acompaña, aún sin invitación, sin ser necesitado, sin que él espere nada.
Verlos juntos parece natural, pero para que ambos puedan estar ahí, a nuestra vista, la distancia tiene que volverse proximidad, y el resto del firmamento el escenario para ese gran espectáculo.
Aunque parezcan cercanos, están muy lejos ó aunque la distancia sea de esas que se miden en años luz, basta coincidir a la misma hora, para que se consigan.
Luna que viene otra vez a su estadía mensual,
Luna casi ni se ve, y ya hay quien le acompañe
Luna empieza a sonreír
El le va contando sus motivos,
Luna, gracias por venir, por no olvidar
Luna la de mi horizonte pensado.
No estás sola dice él,
Le acompaña insistente,
mientras ella Indiferente
Casi ni le llega a ver.
Luna no te resistas,
El cielo es muy grande,
La noche tan oscura,
Déjame estar contigo aún
En la penumbra.
Luna que ni se inmuta,
Luna que está empezando,
Luna que se acerca sin mirarle
El mira su sonrisa, así no sea
El destinatario.
Hablé ayer con una pareja de compatriotas tuyas que trabajan en un bar de la Playa. les hable de ti y coincidimos, eres nuestra heroína.
Ah … lo conseguí: Luna que ni se inmuta, vino hacia mi.
Feliz lunes de san Pepito
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por tus palabras querido amigo, siempre sin caricia fresca a mi alma. Compatriotas de los míos… ahora hay por todos lados. Con ellos, te abrazo Enrique.
Me gustaMe gusta