El abismo es algo profundo, que intimida… que da miedo.
El que se arriesga a construir el puente, sabe que está en peligro, pero ni siquiera eso le detiene. Como consecuencia a su fidelidad por lo que pretende, simplemente lo logra, y llegan a unirse los dos extremos del imposible.
El abismo, es la alarma reglamentaria en todo evento.
El puente, la herramienta de los valientes, de los decididos… de los locos.
Awilda Castillo 
Bonito!!
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Yo igualmente. Porque los puentes sirven para salvar no solo abismos sino para unir voluntades y debilidades. Un abrazo de miércoles.
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Me encantan los puentes por que, pese a su aparente fragilidad, siempre unen y enriquecen. Un besazo.
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Puentes tendidos desde el corazón, los que unen y hacen brotar las flores y los frutos.
Y luego están los otros, los que intenta tender la envidia, el egoísmo, el interés personal, los que tarde o temprano acaban derrumbándose, corroídos por lo mismo que los intentó construir.
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Unos puentes que unen, que juntan orillas, por donde el amor pasa y encuentra su camino.
Otros, que pretenden serlo, pero al final no son puentes, sino trampas donde se queda perdido el que intenta atravesarlo.
Bellos tus pensamientos Iñigo.
Abrazote
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