En estos días del abril que ya se va, tanto en su físico como en mis emociones se han presentado días nublados y con mucho sol.
Dias en que los pensamientos han estado tan cargados, como nubes a punto de llorar. Tal como densos se vuelven los silencios, cuando me cubre el silencio y tan solo te pienso.
Y que también el sol ha venido al rescate con su espectáculo. Tal como la sonrisa sin que existiese motivo, en medio de una tristeza de esas que abraza y no suelta.
Días en los que el sol ha hecho conato de salida, sin embargo su color se ha visto cubierto por mantos grises. Así como cuando espero que aparezcas y las nubes de la vida y sus exigencias, hacen que te me pierdas de vista.
Sin embargo y a pesar de cualquiera amenaza de mantener la gris como traje impuesto, el sol de forma sin igual lució en atardeceres de encanto. Como la sonrisa que viene cuando alumbras…
Dias de mirar el Cielo, y disfrutar en silencio su grandeza.
De dejarme maravillar por el detalle de estrellas caídas en medio del follaje de la naturaleza.
Abril de visitas interminables al mecánico, sin soluciones definitivas, pero en lo que todo rueda, así no existan llantas que lo soporten. Con o sin nosotros todo sigue. Importante es que la rueda que una vez decidimos empujar, siga adelante, así sea lentamente.
Mes también que trajo cirugía ambulatoria incorporada. Cuando se tiene acceso a la “cabeza” de algún modo, nos damos cuenta que por más que el cerebro esté ahí, los pensamientos son intangibles y su recipiente definitivo reposan en el alma, esa parte que tenemos y no podemos tocar. Mientras eso ocurría, una vez más cnfirmé lo efímero de todo y la gran posibilidad de no aprovechar el instante que nos ocupe.
Abril de sorpresas de medio día, donde el sol alguna vez me mostró una gran aureola cubriéndole, como quien pone cerco a su alrededor para protegerse. Así como cuando levantamos atraerás por nuestros temores, sin que s veces tengamos razones ciertas.
Días a veces de confirmarse con ver el espectáculo de lejos… porque no todas las veces que queremos, se nos permite acercarnos.
Tiempo real de evaluación, de no olvidar que estamos de paso, que la vida en realidad es como un atardecer… que va cambiando colores y volviéndose bella, pero extinguiéndose en sí misma, ante nuestros ojos, sin que podamos hacer nada para retenerla.
Abril hasta hoy mismo… dándome muestra de que es una excelente oportunidad para no olvidar darle valor a cada respiro… que por muy normal que nos parezca, cada inspiración en una bocanada de vida que nos es dada, sin que intervengamos activamente para conseguirla.
Abril el de los silencios guardados, de las letras que consumen a fuego lento y heridas que escuecen con el paso de sus días. Compañero de pensamientos, horas que han tenido la paciencia de detenerse conmigo. Recuerdo que me lleva una y otra vez a ti, como sol en cada inicio y final de día.
Mes que con maleta en mano, se despide de mi, con la confianza de aquel que estuvo también en medio de las lágrimas y por tanto se siente con el derecho de animarme a una sonrisa. Estás siendo marcado en mi calendario, como tiempo de silencio importante, de viaje del que aún no retorno, de esperanzas enviadas a un destinatario que no reacciona del todo.
Abril, en cada uno de tus días, se movió la vida.
Abril es un mes revoltoso de natural. hoy amaneció de nuevo la nieve cubriendo los tejados y ayer el sudor acompañaba los trabajos. Las ocupaciones ocupan y a veces copan de preocupaciones la existencia que fuga y toca de forma irremediable. Que tú revelas de manera inmejorable. Feliz Domingo.
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Wow con este Abril, querido Carlos.
Me encanta tu forma de contármelo, entre rimas sin escándalo.
Abrazote
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¡Que bellas rimas Awilda, se siente cada latido! Abrazote.
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Gracia querida Marta. Riño al comas de lo que siento.
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