A veces pareciera que confundirnos con el entorno que nos rodea, resulta la opción más práctica y cómoda de llevar la vida.
Ser diferente, no pensar como la mayoría, exponer lo que se siente, con respeto por los demás, pero sobre todo con respeto por uno mismo, muchas veces puede no resultar tan agradable para los que nos rodean.
Entonces terminamos con el camino de la vida lleno de un camuflaje que nos oculta a todos (unos de otros).
Le tememos tanto a la censura, que preferimos convertirnos en el mismo color que tiene el dedo que la ejerce, el que señala, acusa y condena, y con eso nos sentimos librados por un momento… pero ¿cuánto tiempo durará eso?
Si estamos a gusto con el color del entorno y por tanto nos confundimos con él, es lógico que queramos mantenernos así. El detalle es pretender ser uno más del montón, cuando hay algo que grita dentro de nosotros mismos que podemos marcar una gran diferencia.
Tenemos la opción de ser camaleones ante lo que nos rodea (personas y cosas) o simplemente aportar nuestros propios colores a todo lo que de alguna manera forma parte de nuestro mundo.
—¿Qué eliges? ¿Usas tus tonos o es mejor esconderte en el de otros..? 🎨
Gracias Awilda, creo que lo mejor pasa por vivir bajo seudónimo y no tomar demasiado en serio a la gente. Un abrazo.
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Eso lo de Carlos, por eso el nombre de mi blog. La gente… ese grupo necesario que nos acompaña y que s veces resulta ser los más inhumano que conocemos 🙈
Abrazote
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