Venezuela, Alegría… ironía? 🙄🇻🇪

Desde que amaneció hoy, me ha estado dando vueltas en mi cabeza, la palabra Alegría

Mientras una de mis voces decía: —¿Alegría? ¿Tú estás loca?

Suena ridículo, irónico y hasta ofensivo hablar de Alegría en medio de los días que estamos viviendo de este lado del globo azul;en esta Venezuela la mía, la del Sur.

Pero igualmente seguí pensando en la Alegría.

—¿Es que acaso la Alegría solo depende de estar bien y de que todo sea como queremos? Iba levantando mis argumentos, mientras en primera plana veía a mi cerebro expresar y defender dos posiciones distintas.

Al final pensé en un post como este y me dije: —¡Sí, vamos a convocar a reunirnos en el salón de Alegría! ¿Porqué dejar que también no las secuestren?

Y me imagine a todos viniendo a pintar de color un mundo que se cae a pedazos y con ello mi país tricolor que es una de sus más portadas de terror más vistas últimamente. Y te imaginé también a ti, con spray en mano, pintando mi mundo particular como bien sabes hacerlo.

—La oscuridad puede ser el escenario mejor, para apreciar los colores. Me dije, mientras iba agarrando fuerza y escribía estas líneas en mi mente.

—Y sí, se que todo anda mal, que la escasez ya no de insumos, sino de recursos con que tenerlos, nos agobia, al punto de casi asfixiarnos para hacer cualquier cosa. Sí, también se que los hogares están fracturados y desiertos ante el éxodo tan bestial que nos ha tocado. Volteamos a los lados y ya no están los amigos, los hermanos del alma y si nos descuidamos, la persona que amamos tampoco está, porque fue en busca de algo mejor, o porque simplemente puede.

También tomé en cuenta qué hay muchos enfermos, que la necesidad cada vez es más creciente en todas parte, que las empresas cierran y que lo que una vez eran ciudades activas y estados que producían insumos, servicios y materiales, hoy día son solo sombras dolorosas de lo que una vez fueron y ya no son.

Pero aún así, sentí que era válido el querer asistir y convocar al salón de la Alegría.

—¿Porqué? Porque no existe nadie que pueda decidir más que nosotros, que hacemos con lo que nos ocurre… muy fácil para decir, complicado para hacer.

Pensando todas esas cosas se hicieron casi las doce del medio día, entonces caí en cuenta una vez más, del lugar donde me encuentro y que tan mal tratada sigue estando mi Venezuela.

La noticia del asesinato de un músico venezolano, hermano también de otro músico muy famoso, me desconcertó de tal manera, que sentí nun gran nudo en mi garganta al leer lo que el doliente expresaba en las redes, sobre la muerte de su hermano.

Esto y mi idea de la Alegría, bailando juntas por supuesto que me produjo una ganas de apagar la,música y clausurar el salón de la Alegría. Luego seguí pensando y reaccioné…

En medio del dolor, la Alegría aún existe. De una manera menos visible quizás, sin tanto «aspa viento» pero la Alegría no se jubila ante el desasosiego que traen los días malos.

Vivimos, los habitantes de este país tricolor tiempos de «canibalismo«, si, «el hombre comiéndose al hombre». Los mismos humanos que teniendo gentilicio común (venezolanos) consiguen alimentos a precios regulados (por un sistema que regula todo y no tiene control de nada) y luego lo revenden a precios que no caben en cualquier calculadora -> C a n i b a l i s m o. Del mismo modo ocurre con las medicinas. En ambos casos la vida puede depender de ambos rubros, y sin embargo a quien lo expende no le importa. La sensibilidad se fue de paseo, con la honestidad de la que carecen cualquiera de los conteos electorales, y no quiero hablar de eso porque sería caer en feos temas políticos para los cuales realmente no tengo estómago.

Si esto ocurre en las cosas más elementales y necesarias, no es muy difícil imaginarse que ocurre con el resto de nuestra vida cotidiana.

Y pensando un poco entonces en todo, y a pesar del dolor que la muerte del fallecido deja, y pensando más aún en todos los que vieron su vida truncada violentamente de algún modo, dentro de las paredes de nuestra Nación, solo alcancé a suspirar y como único consuelo dije en mi momento de bajón: —¡Los que están muertos, ya salieron de esto! Terrible, irónico, desgarrador… ¡puede que si!

Ya no tendrán que preocuparse más por que sus hijos no tengan alimento, sus padres no cuenten con medicinas. No habrá más angustia por «dónde paro el carro que no me lo roben», ni el corazón en un hilo cada vez que algún muchacho sale de casa. Los que se han ido, están libre de estas calamidades (seguí en mi momento de rabia y extrema tristeza).

Quien lo está pasando en este momento y lo sufre a rabiar, tiene el consuelo que más temprano que tarde a todos nos ocurrirá. Hoy fue un músico, mañana o más tarde será un primo, un hermano, serás tú, seré yo.

Entonces con las lágrimas haciendo competencia en mis ojos, para ver quien salía primero, tomé la determinación de que si es necesario convocarnos al salón de la Alegría, y ahora más que nunca, antes de que la vida pase o nos las corten. Recordaba algunos duros y notorios acontecimientos de la llamada «humanidad» (no se porque la llaman así, si por ironía o con la esperanza de que se vuelva humana algún día) y pude pensar en campos de concentración, en estallidos de bombas nucleares, en guerras y pestes de todo tipo, y entonces aterrice aquí, en mi realidad, en mi país, en lo que me toca.

Como no he pensado en ninguna otra frontera donde quiera estar más que aquí, aunque hay dos lugares a los que quiero ir (porque si, y tú lo sabes) me parece sumamente importante buscar y encontrar la Alegría ante cualquier circunstancia. Hay ejemplos de personas que se sobrepusieron a su entorno y crearon para ellos en su mente y para sus más cercanos un ambiente de esperanza, a través de la Alegría que nadie pudo arrebatar de su corazón.

Aunque suene utópico, es bueno pensarlo y sobre todo atrevernos a ir por ello.

La Alegría se viste de paz el momento doloroso. El milagro sucede.

Aunque nuestro corazón llore, cuidemos de que nadie nos secuestre la Alegría, las ganas de continuar, el amor que es más que hablar, ese que lo expresan hechos consistente y que no se acaban por las circunstancias.

No hago la convocatoria al Salón de la Alegría desde la postura de quien ya lo ha alcanzado todo y quien tiene bajo control sus emociones dolorosas. No, más bien hago la invitación a la Alegría, como una necesidad compartida con quien tiene peso en el alma y bien le vendría que le invitaran a una sonrisa.

Por dejarnos abatir hasta el polvo la situación no cambiará, por echarnos a morir por quien no nos quiere, este no hará que nos amen.

Démonos el permiso para asistir al salón de la Alegría, con nuestras penas a cuesta, y la esperanza en el alma de que nosotros mismos tenemos el derecho y la responsabilidad de ser agentes de transformación.

La tristeza asiste desnuda al salón de la Alegría,
Está la mira con amor, le extiende su mano
Le da ropa nueva,
Le abraza,
Le besa
Y una aprende a llorar
Y la otra a sonreír.

El salón de la Alegría está en el corazón de cada venezolano que decide no rendirse, que no se deja gobernar por la indolencia y le da paso al amor y la compasión por el otro.

28 comentarios en “Venezuela, Alegría… ironía? 🙄🇻🇪

    1. Tal como lo dices amigo Luis, la felicidad son momentos y de ellos se compone la vida. Hay situaciones en los que ese tipo de momento escasean por completo, por eso requerimos no perdernos del salón de la Alegría.
      Abrazo recibido , muchas gracias por venir.

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  1. Cuando la Vida nos da estos escenarios es justamente para salir fortalecidos de ellos, para simplificar nuestra existencia y darnos cuenta de lo que verdaderamente vale en ella. La alegría es fundamental, igual que el agradecimiento aunque creamos que no han nada para ser agradecido, sacar la enseñanza que en ello conlleva.
    No pierdas ese espíritu ni la esperanza, como decía Víctor Hugo: «Todo pasa, todo termina, el espacio borra el ruido». Un abrazo muy grande

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  2. Mi niña, imposible no sentir nada ante ese sentimiento de impotencia que tenemos los que vemos de lejos el problema. Aunque déjame decirte que la situación ya es mundial.
    Unos de una forma otros de otra y todos padecemos los efectos de una mala, o pésima gobernación.
    Que nadie nos robe la alegría de saber que estamos vivos y que seguimos luchando fuerte. A muchos les cuesta creer que existe un Dios por ver la situación tan precaria en la que se encuentra el mundo.
    Pero Dios no es responsable de lo que el hombre ha destruido.
    Pero si ha de intervenir. Antes de que el hombre lo destruya todo.
    Perdona si te hablo de esta manera. Quizás tengas tu propia forma de creer. Y no quiero ser irrespetuosa.
    Es mi manera de decirte que no estamos solos.
    Y en las peores circunstancias es cuando debemos reconocer que necesitamos a Dios. Y que es el único que puede cambiar las cosas.
    Y lo hará porque nos ama profundamente.
    Mi niña. Te dejo mi abrazo llenito de cariño.
    Mis manos para que sientas que estoy contigo, con ustedes como nación.
    Que Dios te proteja. Y te cuide siempre.
    Besitos corazón.
    Y ánimo. Eso que llamas alegría. Se llama gozo. Y es un don de Dios Jehová. Un gozo interno a pesar de tanta tristeza.
    Nadie nos lo puede robar.

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    1. Gracias Esperanza querida, se de tu sensibilidad por eso no dudo en que percibas lo qué pasa entre las paredes de mi país, y el resto del,globo azul.
      Por supuesto, estamos vivos, y eso es motivo suficiente para defender la alargaría. El gozo no se determina por lo que ocurre afuera, sino por cómo estemos por dentro.
      El “humano” es quien tiene todo cómo está, en eso concuerdo totalmente contigo. Lamentablemente es así, y luego queremos buscar culpables donde sea.
      Recibo ese abrazo, en el que estoy segura, el amor se manifiesta.
      El calor de tus manos extendidas hasta mi país, son una gran muestra de que todavía realmente hay “esperanza”
      Que así sea!
      Abrazote.

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  3. En el fondo tu alegato a convocar a la Alegría es un canto a la esperanza. Cuando las cosas están tan mal que duelen hasta morir, hay que abrir paso a esa esperanza en que algo cambie y las aguas vuelvan a su cauce. Eso deseo fervientemente para Venezuela y los venezolanos, los de a pie siempre rehenes de los que ostentan el poder…
    Un abrazo.

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