El que existe…
Sabe que forma parte de un gran todo, sin estar interesado en no arruinarlo.
Le gusta el color de las flores, sin embargo si pisa alguna a su paso, no se inmuta.
No le resulta extraordinario lo que está fuera o lo que está dentro, porque todo es normal y siempre estará ahí.
Se conforma con lo que tiene, sin que exista deseo real de cambiar o mejorar.
El que vive…
Impacta el gran todo desde su particularidad, en la pequeña porción que está en su influencia.
Despierta ante la belleza de las flores; las admira, las tica, las respira , por tanto tiene cuidado de no dañarlas.
Pasea sus caminos internos y desde allí, transita los de afuera. Uno quizás parecido a otro, pero ambos con el factor especial siendo parte de sus días.
Aprecia lo que tiene, por tanto quiere mejorarlo; y lo que tiene que estorba o afecta, lo gestiona para que cambie.
El que existe respira; el que vive siente.
🌹Confieso que a veces me abandono a la existencia… pero las ganas de vivir realmente, me rescatan.🌹