Cuando somos chicos, es común decir: “Cuando sea grande quiero ser como…” y eso nadie lo condena.
Luego crecemos, y empiezan los dolores de cabeza. Nos empeñamos en querer descubrir el “agua tibia” y en hacer las cosas de forma única y original, olvidando que ya otros han andado por donde mismo nosotros pisamos, y que seguir a alguien más o tomar sus aportes o experiencias, no minimiza para nada lo que somos.
Estamos siendo influenciados por alguien, lo queramos reconocer o no. Alguien impacta nuestra vida, para bien o para mal… a alguien admiramos.
Y es que sin admiración, seguir a alguien es simplemente una carrera tortuosa sin garantía de llegar a ni una parte. Los buenos modelos son tan importante para nuestra vida, como cuando éramos chicos, porque es reconfortante alguien que nos inspire.
Siendo barco de papel, y queriéndote echar al mar…
Eso será posible por haber comprobado a través de otros,
Que los barcos pueden florar, avanzar y llegar a atracar en un buen puerto.
No temas identificarte, admirar o seguir a alguien, solo revisa si al hacerlo eso te impulsa a vivir de una mejor manera. Sino admiras a quien sigues, retírate, estas perdiendo el tiempo, su estela no deja algo para ser rescatado por ti.
Eleva tus velas, y comprueba que un día puedes llegar aún más lejos de aquel que una vez te inspiró a no quedarte en la orilla.
En eso consiste realmente seguir a alguien, en admirarlo, en que contribuya a hacerte mejor.
Me parece imprescindible para amar a otra persona, la admiración
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pensamos igual, no hay amor sin admiración… ❤️
Me gustaMe gusta