De cuando Octubre llega y te abraza con sus colores y no puedes evitar quedarte en ellos.
De esos amores que se suben a tu vida, sin boleto y terminan el camino contigo sin haberlo planificado.
De lo inmenso de una nube que visitando el cielo, hace gala de su capacidad para flotar a pesar de su tamaño.
De esos sentimientos que creemos que nos absorben todo, y aún así también nos llenan.
De algo que pasa allá arriba que empieza con la intención de dar color y termina haciendo del firmamento una gran paleta.
De esos amores que se cuelan… chiquitos, casi imperceptibles y luego se apoderan hasta del más pequeño de los rincones se nuestra mente.
De ese que nos encandila y la majestad de su brillo, simplemente pinta de su presencia todo.
De ese amor que nos sale hasta por los poros, sin poder evitarlo, porque su llama nos quema.
Así va este atardecer, de unos pensamientos y de otros…