Y Luna se vistió de luz, en madrugada quieta diciendo en suave susurro que estaba de vuelta. Llena.
El día abrió sus ojos y la encontró allí, aún resplandeciente. Todavía la quietud se disfrutaba, a pesar de que el mundo también despertaba.
Hasta que los colores cambiaron, y fue envuelta en un manto rosado, que le hacían resaltar del gris que se empeñaba en rodear el fondo. Eso por un lado..
Y por el otro… sol que venía de una noche intensa, y tormentas le envolvieron. Noche de insomnio, así que él, despierto. Nubes grises y oscuras en movimiento.
Y al lado del fuego, casi un invierno…
El día hizo su total aparición y cada cual entonces, estuvo en su lugar. Y con ello las despedidas normales.
La quietud de la madrugada fue sustituida por el afán del día, y por eso muchos olvidan, mirar hacia arriba.
Y ahora, todo más claro (7:32 am) sólo queda disfrutarlo.
Disfrútalo. Bellas fotografías que lo son aun más con la descripción que haces de ellas. Un abrazo.
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