A veces la vida se nos llena de angustia, de «necesidades» que no son tales, de SED.
Y entonces queremos calmarla de cualquier modo, porque nos desesperamos, porque el afán carcome nuestras cabezas, por que duele la ausencia y el orgullo sufre un golpe mortal cuando nos sentimos abandonados, solos.
La reacción natural del que tiene sed, es beber agua. La supervivencia así lo indica y eso nadie tiene que enseñárnoslo, pero a veces, y ojalá que solo a veces, corremos tras la solución equivocada.
Si bien es cierto que la sed necesita de agua, para ser saciada (es lo único que realmente la calma por completo) también no es menos verdad, que no todo vaso la contiene. Podemos pensar que es así, pero estrellarnos en el camino.
Quien anda en el desierto y siente que muere de sed, cualquier pozo que tenga agua, le parecerá un oasis, así sea agua estancada, podrida, o simplemente no exista y sólo se imagine.
Lo cierto es que, pretender saciar la sed con un vaso que está vacío es una utopía que solo conseguirá lastimarnos y lo peor es que tarde o temprano, moriremos de sed.
Quizás el agua esté en el vaso, pero no hay disposición para dárnosla a nosotros, y eso si es una realidad hay que afrontarla. Obviarlo sería pegarnos al vaso y hacer que «bebemos» sin que ninguna gota roce nuestra garganta (o el alma).
No podemos beber de un vaso que no quiera ofrecernos de su agua. Como el vaso y el agua, existen personas que no están dispuestas a ofrecernos nada, y como digo últimamente… nada es NADA.
Hay quien nos mira como extraños, aunque le amemos, por las razones que ellos tengan o se construyan. La distancia es manifiesta, la ausencia duele pero es cierta. Nos queda correr hacia otro lado.
Quizás si observamos mejor nuestras carencias, terminemos comprobando que ese vaso que pensábamos tenía lo que calmaría nuestra sed, era solo un recipiente sin vida, vacío, lleno de Nada o lo mejor… que nuestra verdadera sed, no se parece a su agua.
…
Beber no quita la sed, si no es realmente agua.
(Si te apetece ver la animación en mi voz, te dejo el link de IG)
https://www.instagram.com/p/B3WwPtUlfOxISm8cuT7ciUZA1Uzlxa-h6mLSKc0/?igshid=bu093zn9i321
Awilda Castillo 
Te voy siguiendo en tu diario de los días y ne gustan mucho tus entradas, quería decírtelo 🙂
En cuanto a esta entrada tan reflexiva opino que aciertas oír completo en cada párrafo.
Si estás muerto de sed sólo quieres beber, no te fijas en si es agua de manantial o agua encharcada.
Las carencias, las necesidades nos precipitando en decisiones equivocadas.
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Hola querida Doncella de la ola… muchas gracias por tus palabras y sobre todo por acompañarme día a día.
Esto de la sed nos deja a todos queriendo agua y como bien dices a veces no medimos si es de charco o manantial y cuando nos damos cuentas, hasta nos enfermamos.
Lo bueno de las decisiones equivocadas es que mientras haya vida, se pueden enmendar.
Un abrazote!
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Otro para ti ❤
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