
Hay días en que amanece y pareciera que la vida te dice: —Ven, sube mis escalones y asómate a ver la maravilla que te espera.
Entonces enfocamos más la mirada y vemos…
Y cada uno de esos escalones se convierte en una oportunidad para subir a algún lado.
Cada nubecita sonríe y se dispone a guiarnos el paso por donde podemos andar. La vida es agradable.
➰Las invitaciones a ver la vida en su esplendor son constantes, pero no son reales hasta que eso realmente habla a nuestro propio corazón➰
Por eso cada uno tiene una experiencia, un pedazo de cielo que ver, una nube mágica que le hable e invite a seguir o que simplemente le llueva y deje todo empapado de tristeza.
Entonces, vuelvo a mirar… me apropio de la ventana que me toca, una distinta y sin los colores que acostumbraba, pero una hermosa en su propia esencia.
Y logro ver un cerro que sonríe, mientras trato de saltar ente nube y nube, para descubrir no lo qué hay al final del arcoíris, sino lo que realmente hay dentro de mi.
Los días se dibujan con los colores que estemos dispuestos a echarles y las semillas que terminan son las que valen la pena. Lo demás es solo nube qué pasa y no deja rastro.
La vida vuelve a verme a los ojos y dulcemente me dice: —Sigamos, ya Octubre esta por irse, y aún nosotros quedamos para ser testigos de lo que ocurre.
Mis pies sienten la suavidad de las nubes, mientras vuelvo a la realidad que me toca, y por la cual debo estar agradecida.
Octubre 26; 2020 7:00 am
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