Día de niebla, que presagia sol…
Cuando todo es cubierto por un delicado manto que no deja ver, estamos ante la posibilidad de que luego la luz, lo abarque todo.
El sol juega a aparecer aunque las mantas se le peguen a la espalda.
Hasta que nada más se puede hacer y le dejan salir. Su luz no se puede esconder. El que alumbra aún con sueño, resplandece.
Las montañas son sólo un escalón para subir a donde quiere, ese sitio en el que el ojo le busca y luego no le puede mantener la mirada. El día está despierto, y el frío que quisiera dominarlo todo, retrocede ante un Octubre que se viste de amarillo, aún en sus últimos latidos.
Es increíble ver la sombra ante la luz, el frío ante el calor; la presencia frente a aquel que no se manifiesta pars estar presente.
Pero aún así todo sigue. Me encanta la luz, pero también el efecto que tiene la oscuridad y le temo al frío, pero eso hace que recuerde el calor con agrado. Hoy comienza el final, pero no existe uno sin otro.
Octubre 29; 2020 7:10 am