Mantos grises abundan por todos lados, pero si nos atrevemos a mirar un poco más allá es posible encontrar ventanitas de luz.
Las decepciones son algo que tendremos que enfrentar con más frecuencia de la que quisiéramos, pero inevitablemente suceden. Nos decepcionan y nosotros también, decepcionamos (porque no podemos excluirnos de esa realidad).
Si nos quedamos en lo que otros nos hacen, seremos víctimas eternas. Si nos hacemos conscientes de que también lastimamos, pediremos perdón y también estaremos dispuestos a perdonar.
Busquemos la ventanita de luz, por mucho que este gris todo lo que aparentemente vemos.
Hablar del pasado y del futuro, parece sencillo, pero muchas veces se nos complica; a los humanos parece qu nos gustan los extremos.
Si la vida fuera como un campo de fútbol…
El pasado sería ese juego que ya fue… cómo dice la canción «lo que pasó, paso» (y quizás lo que no pasó, también). Por muy bueno que resultara el gol, ya su gloria quedó atrás.
Ese fue un partido que se ganó o perdió, pero que después de él vendrian muchos más (mejores o peores). Te queda la camiseta y el sonido de los barras rugiendo a favor del equipo, y eso será para recordarlo.
➰El pasado… cementerio de recuerdos.
Por otro lado el futuro… seductor y guapo; nos guiña un ojo y nos derretimos creyendo a veces en promesas que ni quiera nos ha hecho. Pareciera que tenemos la manía de desear lo que viene, aún sin saber qué es.
Pretender que en el futuro se realizará todos nuestros sueños, sería como pensar que por correr detrás de alguien, terminará interesándose en nosotros.
➰El futuro, un nacimiento que todavía no sucede.➰
Y entonces aterrizamos en el presente. Te has fijado que es el tiempo en el que siempre estamos? En el p r e s e n t e.
Quizás no tenga la cara (el presente) que queramos, pero es la oportunidad disponible para nosotros. Es el reflejo en nuestro espejo, la realidad que roza nuestras manos. Las ausencias que nos duele y el gran descubrimiento de personas maravillosas que encontramos y permancen con nosotros.
El presente es nuestra realidad que con los brazos abiertos nos dice que la podemos amar.
En términos del juego el presente es «la pelota caliente «que está de un lado a otro con o sin anotación. Tenemos los boletos de entrada, estamos en las gradas o en la cancha «pero estamos» y eso es lo importante.
El presente es nuestra realidad y lo mejor que podemos hacer es abrazarla y amarla. ♥️
Aunque este año que se dejó nombrar 2021, junto al anterior han sido raros y difíciles, ha sido un tiempo de mucho valor, quizás por lo que hemos descubierto y aún nos falta.
Nos dimos cuenta (aunque quizás para luego olvidarlo), que:
➰La brevedad de la vida es una certeza que no podemos objetar, aunque obstinadamente nos empeñemos en ello.
➰Llegamos quizás también a percatarnos de nuestras soledades, al chocar con la de otro que compartia nuestro espacio de forma obligada por cuarentena y restricciones, aun cuando siempre nos dijimos (sabiendo que era verdad o no) que nos acompañábamos. Dos soledades juntas, solo son eso… una gran soledad al cuadrado; no compañía.
➰Descubrimos a lo mejor el privilegio que hemos tenido por tanto tiempo de andar a cara descubierta, aunque muchas veces y sin necesidad nos aferramos a tontas máscaras que camuflan nuestra verdadera identidad, que a veces ni conocemos. ¿Será que seremos tan irónicos que al momento que esta necesidad de llevar mascarilla pase, saldremos corriendo en búsqueda de nuestra máscara acostumbrada de impostores en una vida que no creemos que nos pertenece?
➰Nos vimos en el espejo de nuestras necesidades. Necesidades afectivas y emocionales en la mayoría de los casos. Los abrazos se hicieron privativos para unos, pero la falta de querer darlos tal vez continuo con alguno y la pandemia fue la excusa perfecta para terminar de aislarnos. Somos más inse sables de lo que aceptamos ante otros y hasta ante nosotros mismos.
Pareciera un panorama interno algunas veces desolador, pero termina sumando.
Conocernos aún en nuestras peores sombras, es bueno porque… cómo podríamos acercarnos nadie más y ser de verdad de alguna manera, sino atinamos a vernos como realmente somos.
No quedó todo saldado con esta pandemia, pero si quedaron muchas cosas al descubierto; y desnudos podemos ser (quizás) mucho más sensibles y despiertos ante el calor y el frío, tal vez un poco más conscientes de lo que nos ocurre dentro y eso de alguna manera nos puede permitir reaccionar ante todo eso que nos rodea.
Quizás por eso, Diciembre esta haciendo un espectáculo en el cielo… como diciendo que no todo está perdido, ni es obvio, sino que hemos empezado a andar el camino de nuestras propias emociones, verdades y mentiras, con un equipaje cada vez más liviano. Claro, si hemos aprendido…