Tarde dorada… de despedida

Y Octubre se despide a su manera…

Hilos de oro, sobre el agua salada

Viento que sopla calmado,

Belleza que sobrepasa cualquier mirada.

Cometa de nube sobre el fuego

Sin temor a tocar, a quemarse

Hierve el agua que los mira.

Orilla mojada con olvido de sequía,

Amor que no se ata a ningún lado

Agua que se recoge y luego desborda.

Majestad de la noche que no sabe estar sola,

Aún con pequeñas luces se acompaña

Y luego se llena y lo ocupa todo.

🔥

De la mañana a la tarde rodó fue a tu medida, es una gran despedida Octubre que ya te has ido.

🔥

Tarde de Octubre… colores que atraen madrugada 🍁

Hace una tarde de esas, de dolores de Octubre; donde la languidez de día se junta con la noche y celebran una fiesta mientras todo sucede.

Vengo a verla, y no estás, pero Octubre me dice que él, es él, sin que estés y que yo haga lo mismo, más lo dudo.

La tarde acompasada se sonidos de autos que como pájaros sabios buscan el lugar de retorno cuando toda luz muere, y luego con ella mañana se levantan.

La ciudad va encendiendo las luces de sus calles, quien no debe hacer más nada, prefiere ir a encerrarse, porque afuera no es seguro, aunque adentro no hay quien mande.

Las nubes grises pronto se confundirán de oscuro, si intentan llover, solo se verá en la caída; si luna no se impone quizás también la tapen.

Y yo aquí, vuelvo a observarle, con la terquedad del que no deja lo que quiere, ya lo sabes; y con la realidad que todo va a su ritmo sin que me espere.

Octubre de tarde, año que se escurre poco a poco, entre colores que apenas saben… con cara se madrugada.

Par de horas… un atardecer épico

La tarde de ayer entre nubes y azules, disimulaba la lección que el caos, quería dejarme en este Mayo que ya palidece.

Las nubes empezaron a correr de un lado a otro, como si sobre ellas se cerniera la más terrible amenaza. Así que, un poco antes de las cinco, los sucesos fueron adquiriendo nuevo matices.

El gris comenzó a dominar el espectro, en medio de un viento que soplaba «brisa de lluvia» donde tocara, pero era como ver una peli en cámara lenta.

El banco de nubes no se hizo de rogar, así que fue asumiendo el lugar que el cielo expectante le dejaba; la luz del fondo hacía que cuando los tonos oscuros se impusieran, reflejos de esplendor se dejaran también percibir de algún modo.

La lluvia que ya caía en algún lado, aligeraba un poco el peso de las muchas «esponjosas» que cubrían lo de arriba. El escenario iba cambiando ante mis ojos, a modo de una escenografía dinámica de un drama en proceso. Me dije entonces: «al ritmo de esto, en un lapso de una hora o un poco más, seguro que esto cambia» y así fue.

Las nubes estaban dispuestas a dejarse caer, sin con eso podían desprenderse por completo de todo ese llanto triste que entre los jirones grises de luto, traían.

Y de pronto, los colores se fueron. Como si usaran una apps de esas que filtran y separan colores, el cielo se quedó a blanco y negro. Solo,una rendija de luz, en la pequeña ventana que el día dejó para oxigenarse entre tanta pena.

Y como si viniera otra escena para ser rodada, en tan solo media hora más, el cielo decidió cambiar su atuendo y despedir el día con las lágrimas ya enjugadas.

Los colores salieron a pasear nuevamente, aún con los segundos de luz que quedaban antes de la que noche hiciera todo suyo.

Fue un atardecer épico.

En tan solo un par de horas, el caos visitó el cielo al punto de parecer que todo se rompería y que todos esos pedazos nos caería encima. Hubo gritos y zarpazos allá arriba, tanto, que el ruido llegaba a escucharse aquí abajo. Hubo también lágrimas, quizás portazos en cualquiera de las compuertas de la lluvia y hasta luto por alguna ruptura o despedida. Decir qué pasó a ciencia cierta… sería especular; lo que si se, es que cumplió un ciclo. El caos hizo lo suyo, puso todo,de revés, la crisis apareció hasta hacerse visible, se sufrió, se padeció, se cerró y ya pasó.

Y eso tan solo en un par de horas. Suficiente para empezar una historia de esas, que nos roban el aliento o para cerrar otras, que nos ausentan las sonrisas.

Mayo, te luciste una vez más. Cielo… wow! Te miro (si, a ti, te miro)

Tarde de Mayo… tres colores 🇻🇪 💕

De los cielos que hablan y nadie puede callarlos. Así han sido estos cielos de Mayo.

Con el impulso de quien no se deja quitar los colores, por mucha lluvia que caiga… como los que perseveran en una causa, por mucho obstáculo que venga.

Como llama encendida que no se apaga, aunque la noche esté tocándole la puerta.

Así mismo, como el amor que abrasa y quema con su fuego, y nos pone a arder sin pedir permiso, aunque los inconvenientes se presenten en cascada.

Como un Cielo que recuerda una bandera y enarbola el honor de sus locales en señal de esperanza.

Así también merecen honor aquellos incansables que no temen seguir confiando en la bondad y en ese amor que no se cansa.

Cielo, guardo las cosas que me haces sentir, y comparto cómo estás, algunas de las que son evidentes.

Mayo tu reflejo de hoy es de maravilla!

Mayo 8… sin pérdida

Tarde de Mayo, día ocho… mi favorito.

Tarde que grita que voltee a mirar, que no me la pierda, como me he perdido otras cosas por creer que no tengo el derecho, o porque simplemente llegué tarde…

No, está vez estoy a tiempo, tú conmigo. Admirando lo mismo, porque tus ojos y los míos son los mismos, porque tú corazón y el mío van a un mismo latido.

El cielo habla, y a través de sus colores da mensajes en este Mayo que dará flores para una parte del mundo y de lluvia en este otro lado.

Misterios que se develan, como nubes en fuga que van dejando tras de sí, la profundidad del infinito.

Diferentes colores, diferentes formas, pero todo encaja de manera perfecta. Diferencia que hacen del lienzo azul y su oscuridad de esta hora, un buen marco para el matiz de la despedida.

Como si el cielo, se acercara a tocarnos, las nubes coquetean con los edificios más cercanos.

De la misma forma lo que se siente, en la medida que te acercas deja ver el motivo que lo enciende. Aunque hay diferentes pensamientos, llevan el mismo toque del sentimiento, que termina siendo la constante que permite que sigamos juntos el camino. Si te acercas, lo divino contigo, me visita.

Celebro el detenerme a verlo, y hacerlo es verte a ti de todos los modos. Al otro lado de sus colores, en la despedida de la llama que se apaga, en la noche que llega tranquila y silenciosa.

Por algo es mi número favorito, sellando este mes, dando presagio de maravilla para el siguiente. Estaré atenta.

Los colores de Abril… tú 🎨

Los colores de Abril son hermosos.

Hay días que comienzan y terminan como paleta en manos de un pintor muy avanzado.

Los colores van tomando brillo en la medida que nos atrevemos a detenernos a observar. Así mismo con los colores en las personas… no el de su piel, sino el de su alma y emociones.

Pasa observar eso, hay que quitarse las prisas y detenernos a prestar atención a quien queremos realmente «ver».

Y cada dolor sugiere un uso, un regalo, algo que podemos tener o compartir. El blanco de este cielo sirve para ver caminos de nubes como tiro se flechas, en la inmensidad azul que las contiene. Pareciera que un pincel cruzó con fuerza y sentimiento.

Hay emociones que podemos percibir en esa persona a quien nos tomamos tiempo para admirar. Blanco en esas expresiones de pureza que sólo dejan a la vista lo que realmente se es; la transparencia. El azul como lágrimas que delatan alguna emoción, aunque el maquillaje haya hecho intento de taparlo.

Entonces ante nosotros surgen colores más intensos, como los de la llama del fuego, ese que se enciende y definitivamente quema.

Así como ocurre en el alma que descubre su camino y decide ir en busca de ello, aunque hayan muchos obstáculos. Naranjas y rojos mezclados como cuando hay rabia y excitación a la vez, a veces a punto de consumir todas las gotas que puedan producirse a su alrededor.

Colores de la niebla, augurando oscuridad que no es posible, pero que se manifiesta.

Así como llegan tonos grises o que cubren en aquellos que esconden en su interior lo que siente. Capas que nublan lo que quisiéramos ver, y para ello hay que acercarse con cuidado y amor.

Y llega el final de día…

Colores diversos cubren el cielo de Abril, cada uno como recordando el juego que la luz pinto en su espacio.

El atardecer tiene los colores de las despedidas… así como despedimos a alguien con una sonrisa, pero eso no evita que nos sintamos tristes. Belleza melancólica.

Y al final, cuando los últimos estertores de luz quedan, los colores adquieren fuerza en sus matices como un último flash antes de marcharse.

Como ocurre con los besos en la despedidas… con la urgencia y el fuego de la entrega momentánea, pero con el mismo dolor de la separación que llega.

Abril, hoy húmedo, con colores borrosos…

Como las lágrimas que evitan que veamos con claridad cuando el dolor se la emoción también nos arropa.

Así tus colores Abril,

Tú, así los colores que me provocas.

Del color de los atardeceres… yo 💭

Somos el color de un atardecer…

Todos hemos sido marcados de alguna manera, por las vivencias tenidas, los amores que nos han desbordado, los olvidos que nos han agredido.

Y nuestro reflejo en el espejo es variopinto… como atardecer de un día soleado en el que sucedieron tantas cosas bajo el cielo, llenando de colores intensos lo inmenso, y de trazos más dramáticos algunos otros espacios.

No tenemos un solo matiz, no todo ha sido blanco o negro; nuestras líneas de expresión, los colores de nuestras miradas, y hasta el brillo de cuando nos cerramos a la vida, habla a gritos aún en el silencio de lo que nos ha construido hasta decir, «esto somos».

Nadie sale intacto de la vida, ni conserva su piel sin cicatrices. El firmamento no se mantiene solo azul, por todo el rato que dura el día.

Cada uno de esos matices hacen que valgan la pena los muchos colores, las alegrías, pero también los días duros, las tristezas, los que también se llenan de manchones grises.

Entre estos colores que del atardecer me consigo, descubro tu pincel sobre mi vida, llenándola de tonos que me elevan y también de matices que me derriban . Soy como uno de estos atardeceres, con sus tonos varios que se difuminan, y es de ensueño mirarme y encontrarte, cuando con tu sonrisa me das la bienvenida.

Colores que ya cambian y está entrando la noche… oscura, grande y también con estrellas, pudiera yo estar triste y sentirme olvidada, pero se que después de esto oscuro, viene un día nuevo, con su madrugada.

Volverá mi vida a tener apariencia de otro atardecer de esos bellos; diferentes serán sus matices y acumularé un día más de los colores cuando consigo palparte… o también de franjas oscuras que me deja tu ausencia.