Simple!
Andar el camino equivale a muchos pasos dados, pérdidas de rutas, pausas que no se justifican y hasta ganas de dejarlo.
Pero el que sigue y no se va, quien a pesar de lo que ocurre decide dejar sus huellas y convertirlo en su amigo, sabrá que hacer frente a aquellas promesas falsas de recorrerlo de cualquier modo.
Quien conoce el camino, sobre todo el que se recorre internamente, sabe que los atajos no llevan a ninguna parte; al menos no a ninguna que le deje realmente contento.
Que no se trata de que se llegue primero, se trata más de experimentar la lección de cada paso y ser construido en sí mismo, en la medida que se avanza… aunque se lleve la vida en eso.