Asomarse al mañana es un riesgo, si no tenemos más que miedo amarrado a nuestro pecho, hoy.
En medio del invisible que nos ha apartado del abrazo, de la cercanía, del simple tocarnos… me pregunto si acaso, cambiará algo, después .
Descubriremos realmente el valor de estar cerca, entonces no dejaremos pasar más las oportunidades; ¿seremos suficientemente valientes para tomarnos las manos y besarnos más que con los ojos?
¿Detendremos los ahora’s para expresar lo que hay dentro, luego de esto? ¿Tendremos certeza de la inestabilidad humana, y la leve duración de la existencia, por tanto cabalgaremos sin cesar en el camino en que hemos sentido miedo?
Estaremos listos para compartir el corazón, los momentos que importan, las palabras reales y sinceras que no necesitan más adornos que lo dulce de un sentimiento. ¿Comprenderemos realmente que el dinero no asegura la posibilidad de amarnos?
No estaremos más ausentes de la vida. ¿Acaso llegaremos a valorar el tiempo al punto de querer descansar lo necesario, pero apreciar que los segundos no se vayan a pérdida, por no haberlos respirado realmente?
¿Tendremos valor al fin para salir de las redes (que enredan) y disponer una verdadera cita con el amor, donde no hablen los emoticones, sino lo que realmente sentimos?
¿Agradeceremos la tecnología, pero apreciaremos aún más, el lenguaje de las manos, cuando nos atrevamos a tocar y a ser tocados?
Nos maravillaremos al comprobar que los árboles se han puesto más frondosos en nuestra ausencia y entonces ¿les respetaremos como seres que también merecen vivir sin agresiones?
¿Disfrutaremos sin prisa, luego de haber estado tanto tiempo quietos? ¿Recordaremos acaso que el correr no nos hace llegar más rápido a la vida, sino que probablemente nos hace perdernos de ella?
¿Qué haremos después? ¿Acaso estaremos empeñados en querer seguir el mismo rumbo equivocado; seguiremos cerrando los ojos a nuestras verdaderas realidades? Esas que salen a flote cuando todo lo demás se silencia o aquieta.
¿Estaremos dispuestos a dejar de un lado nuevamente a los que a pesar del encierro se han mantenido en contacto; solo por ir tras las riquezas que no logramos acumular todo este tiempo en que la vida era más importante que todo?
¿Volveremos a ser los más ocupados? ¿Los que creen que el mundo les espera para vivir de acuerdo a su agenda?
¿Qué pasará después, si ya no vivo; si la corona es la única que me acompaña al féretro? ¿Seguirás pensando en mi, en tiempo futuro cuándo nunca invertiste en la oportunidad de nuestro ahora?
¿Olvidaremos este tiempo y querremos enterrarlo como un mal recuerdo, cuando es una de las mejores oportunidades para aprender que hemos tenido?