Las últimas la semanas de Julio fueron intensas…
Días con melodías y nubes en movimiento, presagiando carreras y pensamientos sin quietud, entre brisa que sopló y trajo tormentas, aún vespertinas.
No se aquieta el sentimiento
No sabe cómo callarse
Siempre consigue sacarse
Como nube con el viento.
Escenografía cambiante hora tras hora, días azotados por lluvia que iba y venía, pero nunca se quedaron resignados a estar sin colores.
Que un sentimiento intenso
Posible es que traiga llanto
Pues no le falta quebranto
Al amor cuando es cierto.
Tiempo para ser contado al pasar un año más, reflexiones que llegaron a la orilla de la vida preguntando como de costumbre… quién se queda, quién se va?
Los que se siente en los años
Es lo que nos hace “vivos”
Por eso es que no concibo
El no amar, aunque haga daño.
El viento siempre presente como marcando el destino, recordando que somos empujados y eso deja una huella en nosotros; aunque nos empeñemos en negarla.
El amor te dobla, te hiere, te estremece
Llegamos a ser palmeras que él azota
Y alguna vez me han llegado a llamar loca
Por no negar que él en mi crece.
Dias que se tornaron oscuros de repente, quizás incomprensibles, diferentes a lo que se esperaban, pero igual se aprende a ver lo bello en cada ocasión, aunque una contradicción parezca.
A veces la tristeza nos sorprende
En medio de aquello que sentimos
Y puede que ocurra lo temido,
Entonces es ahí, cuando se aprende.
Despertares de días silenciosos que guardaron palabras posteriores, de esas que llegan al alma y te estremecen.
Que se alumbra el corazón con tus palabras
Que decir lo que se siente, nos liberta
Entonces no es necesaria la cubierta
Pues se ha acabado ya la obra macabra.
Amor figurándose en el cielo, como para no dejar de tener esperanza aún en medio de lo oscuro que rodeaba.
Que han dicho que todo se puede, si se ama
Que el cambio llega y nada igual queda
Que se abre una ventana si la puerta se cierra
Que la tuerza del amor es invencible llama.
Tardes de movimiento y desvarío, donde parecía que nada quedaría en su sitio; arriba el viento hacía lo suyo y aquí abajo, los pensamientos.
Revolotean así las emociones
Llevándonos de un lado para otro
El mundo salta así, cuando yo corro
Y salta el corazón con sus pasiones.
Espectáculo de luz y de contrastes, lluvia y sol en el mismo panorama… no faltaron en estas semanas de Julio que ya se ha ido.
Intensidad presente en lo que se expresa
No hay otra forma en que el amor invita
Por eso es que en los corazones que hace cita
Les lleva a conocer lo que su alma represa.
Nubes demostrando belleza, plenitud y color por todos lados; como una magnífica lección de “no rendirse” aunque la tormenta se presente sin anuncio.
Que la bondad parece que se agota,
Por los golpes recibidos se repliega
Pero el Amor pronto se recupera
Y va poniendo su luz en cada nota.
Se despidió Julio así, tranquilo, como quien cumplió sus treinta y una encomiendas, demostrando que por suave que parezca lo que se siente, se enciende y puede llegar hasta quemarnos .
El adiós con una vuelta tan segura
Me deja con un sabor menos amargo
Se que volverá sin pasar de largo,
Incertidumbre tengo, por sí llega primero mi tumba.
No se rindió… y hasta el último segundo, encendido se despidió Julio.
Que no se va el que ama
Que no se apaga el que muere
El amor gran poder tiene
Para que no se extinga su llama.
Y así se marcho Julio… solo faltan once como él, para que pueda volver…