Juntos…volar

Extender las alas, surcar la inmensidad azul. Libertad. Es una de las más sublimes y maravillosas experiencias que podamos tener.

Tener la capacidad para expresarnos, dejar salir lo que llevamos dentro y con ello pintar el cielo que nos toque, es de privilegiados.

Pero hay un nivel más allá… ese que se alcanza siendo libre en compañía. Sentirte completo porque compartes tus sueños con alguien, ese mismo con quien eres cómplice y haces un guiño, cuando de enfrentar la vida se trata.

Es por eso que… Volar es bueno, hacerlo juntos, mejor.

Una par de alas más, impulsan el viaje, otro corazón que lata además del tuyo da una oportunidad adicional a la vida.

Disfrutamos los momentos a solas, y disfrutamos doblemente los que compartimos.

Me sigo preguntando… ¿dónde has estado?

Te sigo mirando y me pregunto…
¿Dónde has estado? Todo este tiempo
En que mi vida transitaba tranquila
Por los rincones del tedio.

Sin aliento, sin sobresaltos
Sin risa que sonara a carcajada,
Pero ausente de lágrimas ante la ausencia.

Mi vida era plana, ¿sabes?
Con la locura de quien camina mil veces
Por el mismo sitio, sin notarlo, sin aburrirse
Porque la seguridad teñía de letargo
Hasta el mismo cansancio.

No había razón para seguir, pero tampoco
Había un motivo tan fuerte como para dejarlo.

Tú no estabas, no existías, esa era mi vida
Y la vivía, al menos eso creía,
sin que fuera cierto.

Hasta que un día, uno de esos que no pensamos
Apareciste, con tu vida luminosa y a la vez triste,
Con todo resuelto y en camino,
Alborotado por el viento, sin moverte a ningún lado.

Haciéndome espejo de mis fallas,
Recordándome que podía llegar a sentir,
Si era libre de mis culpas, de la tranquilidad del fastidio,
De la negación, que podría llevarme a pensar
Que no estaba equivocada.

Entonces estuviste… y empecé a preguntarme
¿Donde habías estado? Todo el tiempo en que no te conocía,
Quizás la vida te escondió de mi mirada
Para que pudiera equivocarme lo suficiente
y agradecerlo luego.

Valorarte y valorarme,
hasta sentir que podía andar sin ropa contigo,
Y no hablo de la cubre el cuerpo,
Sino de la que tapa lo que somos,
Los errores, los lugares oscuros, las penas que transitamos a solas
Eso que a nadie le contamos.

Me seguí y sigo preguntado
¿Dónde estabas tú?
Cuando escogí hacer mi vida en otro lado,
Ligar mi mundo a gente que no tendría que ver nada, contigo
Cuando mis pasos eran muy distintos a los tuyos,
Y tu vida fue un tesoro que no me contenía a mi,
Pues no existía.

Mis tatuajes no levan tu nombre,
Ni yo aparezco en tus de de historia de la vida,
por eso no me canso de preguntarme
¿Dónde has estado? Antes de que mi vida cambiara.
Conocí los sobresaltos y el corazón vuelto loco,
Me empecé a imaginar los días de otro modo.

Supe entonces, que ya nada volvería a ser “lo de siempre”
Que tu huella trastoca a todos mis caminos.
Hoy seguimos en las mismas vidas,
La mía sigue teniendo el tedio circundando,
Tú sigues siendo el perfecto algunas veces.
Entonces la respuesta a ¿donde estabas?
Es solo la ironía de estarte preparando para dejarme el vacío,
Que solo se fabricó con tu llegada, para luego
Desaparecer en años de lo incierto.

Los faros… en calma y en tormenta 🚤 🌊

➰➰Los faros en las tormentas… salvan vidas y cuando las noches son claras y serenas, encandilan.➰➰

Algunas veces somos faros en el camino de alguien; su destino no está muy claro, tiende a perder el enfoque, su mano ha estado sin asir la de nadie, por mucho tiempo. Y somos faros.

Nuestra luz inspira, nuestra compañía es espada que rompe las cadenas de la soledad, las palabras unen y hay un camino para ser andado, juntos.

Otras veces, aunque seguimos siendo los mismos (faros); simplemente encandilamos o resultamos molestos; alguien está muy bien. La vida es fácil, sin tormentas, el destino es un invento maquillado al antojo; salta de mano en mano y el corazón no importa. Ser faro molesta, a quien le gusta navegar en las sombras.

Nuestra luz se vuelve una flecha, que tal vez señala los caminos ocultos, lo que puede enmendarse, la cara que no se ve, cubierta por maquillaje. La luz, delata.

Por eso los faros terminan siendo alivio de muchos y parte de la vida de ninguno, porque nadie se los lleva a casa, pero saben que estarán ahí marcando el rumbo, gritando ¡hay salida! Cuando todo parece acabarse y la niebla se convierte en la vida.

Me gustan los faros, me gusta ser faro… aunque a alguno le den ganas, de apagarme.

Podemos ver… uno u otro 🙈😳

A veces nos debatimos entre dos extremos, tales como: —Que si la pared tiene una horrible mancha y hay que quitarla como sea, o si apareció un espacio únicamente para que dejemos ahí nuestra marca.

Como humanos, nos encanta ese tipo de perspectiva ‘pendular” donde estamos en un lado u otro. Pero, no siempre tiene que ser así.

Quizás la mancha si esté en la pared, y decidamos limpiarla y tener todo un muro listo para decorar, pero enfocarnos sólo en eso llegando al extremo de no descansar hasta verla desaparecer, puede hacernos perder todo el resto de la superficie que está disponible.

No siempre existe un telón que se despliegue solo para dejarnos ver, pero si podemos estar en el lugar donde esté sea levantado y entonces, disfrutemos de la función que se exhiba.

Estar corriendo de un extremo a otro cansa, y por lo general evita que podamos aprovechar la tranquilidad del equilibrio.

AC