Caminar por las nubes … ☁️☁️☁️

Caminar por las nubes … ☁️☁️☁️

Mirar al cielo es algo que me atrapa.. me recuerda a ti, y a la inmensidad de lo que sentido.

Ya ha pasado el tiempo  y su azul se a vuelto más  para mi, que para ti. Estas distante, y es bueno; ya cabalgar entre las nubes me lleva a lugares nuevos en los que te desdibujas, pero en los que también hay felicidad

¡El cielo está regio! Y no pasa de serlo  tal vez los que ya hemos pasado somos nosotros, por no atrevernos a mirar la vida juntos con certeza de eternidad.  Pero está bien, la vida funciona «en la tierra como en el cielo», estés  o no, duela o sea soportable.

El cielo se mueve o al menos eso creemos, mientras las nubes juegan a esconderse o a alcanzarse unas a otras. Yo, me quedo estática mirándolo, pero mi corazón se mueve como la primera vez que descubrí que ahí estaba la vida. Arriba, donde nadie toca, donde los sueños palidecen ante la realidad de lo que es realmente incierto. Y ahí me quedo, tranquila, solo con el agite que dan los sentimientos,pero los guardo.

Me encanta el cielo… y así será siempre, dando pasos (cortos o largos) por las nubes.

Botes de un solo remo… dolor 🚣‍♀️ 😔

Simple! un bote lleva dos remos, porque ambos son necesarios… si se quiere llegar a una orilla, por supuesto.

Como humanos a veces tendemos a meternos en relaciones que duelen; aunque por mucho tiempo nos empeñemos en no darnos cuenta, o al menos esa es la excusa más condescendiente que podemos ofrecernos a nosotros mismos “que no nos dimos cuenta”, aunque el daño esté hecho.

Por razones que yo no alcanzo a entender queremos ir tras lo que “no es”, y tenemos un mal radar para dirigirnos a un lugar que ni siquiera existe. ¿Porqué digo esto? Porque he tenido un solo reno, se como es, soy humana.

Las relaciones, que llevan entremetidas sentimientos, emociones, entrega del día a día (dicho de una manera más corta, vida) son como una embarcación. Para no hacerlo ver cómo algo colosal, ni siquiera voy a decir que es una “gran embarcación”, no, solo diré que es un bote. De esos en los que cabe una persona, o dos y en los que obligatoriamente hay <dos remos >.

Como todos sabemos para que un bote se mueva para algún lado y llegue a una orilla de forma afortunada, es necesario que se reme, haciendo uso de las aletas de madera laterales llamadas remos. Y es igual para volar… lo que tiene facultad para hacerlo, también tiene dos alas.

Igual ocurre en las relaciones con las personas, sobre todo en las que se involucran sentimientos. Puede que por mucho, mucho tiempo una persona se conforme con estar estancada en un lago sin ir a ninguna parte, sólo remando por su cuenta para intentar que la otra persona esté “a bordo” del bote (cosa que nunca ocurre). Tener ese remo agarrado por nuestro corazón y tener la esperanza absurda de conseguir aún el más leve movimiento, se convierte en una obsesión, la mayoría de las veces más bien tóxica.

El uso de un solo remo, puede traducirse en acciones que todos conocemos: cuando una sola persona es la que llama, cuando solo hay detalles de un solo emisor; cuándo la palabra “te quiero” es un repertorio que alguien va acumulando porque recibe y recibe, pero esos vocablos son desconocidos para trasmitirlo a esa otra persona, siendo verdad.

¿Que las cosas pueden llegar a estar por largo tiempo así? ¡Lamentablemente, si! Eh ahí, la razón desconocida. Por alguna fuerza oculta o simple tontería (para quitarle lo profundo o místico) asumimos quedarnos con un solo remo, a riesgo de hundirnos.

Esperamos que una migaja de amor caiga de la mesa rebosante de quién lo reparte quizás a manos llenas para otro, pero nunca para nosotros, volviéndose casi obsesivo el deseo de recoger alguna gota de amor mal destilado que pueda llegarnos. Eso no esta bien, ni nosotros tampoco si nos empeñamos en justificar el desamor y conformarnos con ello.

Elige moverte, llegar a alguna orilla, bajar del bote si es necesario, porque a un solo remo igual no llegaras a tiempo a ningún lado.

Es preferible elegir un camino y andador solo, a estar a medias con un sentimiento mal valorado. Las relaciones son de a dos y se requiere la participación de ambos, sino condenanos al corazón a un monólogo triste.

Un solo remo, sugiere una sola persona a bordo…

Presente… este ahora ⏳

Estamos en el presente, aunque no queramos o nos empeñemos en vivir en reverso. Nuestro ahora no es optativo, así insístanos en vestirnos de ayeres extintos y aplausos que ya pasaron; este tiempo que ahora respiramos no da tregua.

A veces acariciamos el pasado como tratando de sacar de él, algún genio maravilloso que nos haga volver a cierto escenario, persona u oportunidad que ya caducó. Pero no es así, no podemos retener el pasado en manos humanas, ni construir futuro con suspiros.

Sin embargo es algo que no lo alcanzamos a dominar de un todo, porque aún estando en este presente, viajamos con frecuencia a cosas que ya han pasado. La memoria no sabe conjugar el verbo vivir, en distintos estadios de tiempo y a veces el miedo o fastidio por lo que nos toca, nos conduce a amnesias instantánea, dejando el pasado intacto. Trampas mentales que nos inventamos.

No se trata de borrar la pizarra que fuimos llenando con nuestras acciones, decisiones, aciertos y fracasos, sino más bien percibirnos con el sabio rastro que cada cosa nos ha dejado en nuestra propia vida. Basta con mirarnos al espejo, para saber que el pasado existe, y lo mejor es palpar el presente a través de los surcos en nuestra propia piel. Nada de eso lo podemos obviar.

Pero el llamado entonces es a validar acertadamente lo que somos, lo que podemos comprobar con los sentidos o el corazón y aquello que realmente nos llena. No sirve lo que ocupa espacio, sino lo que nos permite reconocer la vida en cada uno de los pasaos que damos. Lo demás es sola utilería.

➰Palabra para hoy: presente

A veces quien más lo invoca, lo obvia
Es algo más que el ahora, regalo de la vida
Y entender con claridad que una despedida
No detiene lo que siente, el giro de la noria.



El presente no es algo que se dice,
Es más bien, algo cierto que se vive
No es para acariciar con cobardía cicatrices,
No es para llorar cuando el tiempo pasa y se exhibe.



El presente se conjuga en el ahora,
Ahora es un pétalo que todavía no cae
Vivir pasado es ser esclavo de esas horas
Y un árbol desnudo es lo que el viento trae.



Presente quieres,y miras hacia atrás
Colgado al reloj para así detenerlo
El no se parará, correrá más y más
Siempre estarás en hoy, aunque no quieras verlo.

No quiero ser… olvido 🤍

Hay distancias que duelen, silencios que atraviesan, ausencias que nos derriban. Y todo ello es parte de la vida.

La distancia se puede acortar si hay suficiente voluntad como para tomar un avión, hacer travesía en barco, o rodar por carretera; mientras que un virus no aparezca y te aísle hasta de pensamientos. Para esto se requiere determinación.

➰El silencio puede romperse, sin embargo a veces decir algo es sólo eso, algo, que no llega a ser suficientemente valioso como para callar definitivamente esa ausencia de palabras. Bastaría un texto, pero a veces ni siquiera eso ocurre.

La ausencia es totalmente opuesta a la presencia, parece obvio ese concepto, pero no es que sucede porque lo físico no se vea, sino porque lo intangible ya no se manifiesta. Los detalles, el pensamiento conectado y el recuerdo permanente no permite que exista. Si no es así, asistiremos al funeral de un sentimiento.

Pero a pesar de todo eso, yo me niego a ser olvido; a que ya no existas o no existamos, a qué ya el “nosotros” no lo conjuguen nuestros encuentros cómplices y que den vida. Que la ganas se mueran y la vida se apague; eso sería resignarse.

Y sigo aquí, con el recuerdo de compañero y el sentimiento intacto, o más bien protegido de todo los arañazos que esas lanzas inevitables que mencioné arriba le han propiciado.

Estoy aquí… pensando en ti. Puede que estas palabras, te suenen a verdad.

Mayo… a algunas horas de Junio 😔💭

A menudo soy de las que me pregunto estando en un día equis:

—¿Dónde estaré en igual fecha un año después?

Y aunque luego no le paro mucho o hago un seguimiento exhaustivo… hoy puedo darme cuenta de dónde estaba el año pasado para esta misma fecha.

Mayo del año pasado tuvo un marco de azul y arena, de caminatas y carreras a la orilla Del Mar. Un tiempo que necesitaba para estar a solas, para que la vida doliera menos, un tiempo de estar metida en mis propios laberintos (cosa en la que tardé unos dos años o más, hasta hoy)

Era mi lugar, era mi orilla, era yo y lo que pasaba en mi mente y corazón. Mi espacio único en el mundo.

Lloré tanto a la orilla de este mar, que los peces podían navegar por mis mejillas.
Mis naufragios se perdieron en el agua, y con ellos lo que sentía, y la arena era mía isla, mi defensa ante la pena.

Me rompí, me rompí en mil gotas, tanto que el nivel de las olas una vez más que otras subía.
Fui testigo de la vida moviéndose en cada paso, de los pájaro que se acostumbraron a verme, y me hice una con ellos y con todo lo que compuso mi lugar turquesa.

Las rocas que en un momento fueron visibles, luego fueron dejadas bajo la arena, producto de los desvaríos del mar (como los míos).

Así como muchas cosas en la orilla fueron cubiertas, así cubrí yo, lo que sentía. Mayo de otro año, que me viste morir y renacer entre agua y arena.

Amaneceres de luz y colores, esos eran mis días de hace un año atrás; mi ventana abierta, como mi alma que sangraba, pero que sanaba viendo los tonos del día en bienvenida o cuando simplemente se iba.

No soy de las que le gusta anclarse en el pasado y en todo aquello que dolorosamente «pudo haber sido y no fue«; sin embargo no puedo dejar de confesar que ese año mi orilla, fue la tierra firme que necesitaba, ante el naufragio de sentirme lanzada por la borda.

En esa orilla en la que sumergía mis pies y sentía que el agua podía tocarte en algún otro lado, me daba el tinto gusto de imaginar que estábamos juntos, por un capricho de ondas eléctrica o más aún, por la certeza de un corazón que te pensaba. Pero luego descubrí, cómo de costumbre que no era así. El naufragio seguía, per el agua en su nobleza, no me ahogaba.

Ahora, un Mayo después; otra víspera de Junio… lejos de esa orilla, sin la ventana de colores y con el alma que siente, quieta y encapsulada, me presento a la vida como sobreviviente de tu ausencia.

Aquí simplemente hace frío, y ya sabes no sólo por los grados que generalmente son bajos, sino por mi alma que descalza y desnuda, busca sin alcanzarlo olvidarse de lo que siente.

Prometí hace un tiempo no escribir más letras cómo estás, al menos no al alcance de tus ojos (y lo he cumplido, tú lo sabes); pero cuando ellas son las que me trasnochan y llevan mis dedos a aterrizar a la superficie que las quiera; nada mejor que este Mayo en despedida, para decirte una vez más… en el escenario de ayer o de otro “ahora”, que te quiero. Y lo digo en letras minúsculas y en voz bajita, para que ni tú mismo te enteres.

Mayo de otro año, otro lugar, otras gentes. Lo inesperado de la vida me condujo hasta aquí, el pensamiento vuela a otro lado, quizás el corazón algo vacío… pero sigo siendo la misma, con más días en sus años.

Mayo 29; 2020… esperando a junio que ya llega.

#loquesehaidosduele

Palabras… 📖

Debemos sentir vergüenza, si vergüenza…
Por no atrevernos a vivir cuando pudimos
Y haber dejado pasar lo que había dentro,
Por llamar bella a las flores, sin detenernos
Y darnos miedo el aspirar de su perfume.

Pena, tan solo pena, de aquel que no hizo
Por estar sumergido en la indecisión,
Y alzar la bandera del temor que habita,
Que no se va, y que amarra todo lo bello
Hasta asfixiarlo y convertirlo en una crónica.

Risa, habría que reírse del que es ciego,
Por buscar lo que se ha ido de sus manos
Y ni siquiera saber que lo ha perdido,
La carcajada sería la mejor forma de herir
A quien ha hecho derramar siempre, lágrimas.

Distancia, tomarla es un acierto, sí, distancia
Porque a kilómetros quizás, el amor duele menos
Y no saberse ahí, sea la venganza del temor,
La carrera puede cansar a quien no llega
Pero puede aliviar al que está lejos.

Sólo, se queda solo quien andaba en compañía
Por no estar nunca de verdad consigo mismo,
Y adornar o maquillar sus propios miedos
La soledad explotará en la mentira, frágil
De quien no supo estar, con quien le amaba.

Palabras que solo enuncian lo que callo,
Porque decirlo puede costar quizás, lo que no tengo.

Emociones…

Hay emociones que son fuertes… qué pasa el tiempo y aunque no queremos que aún nos sacuda, hiera y hasta escueza, la cicatriz aún duele.

Hay emociones inolvidables, que vuelven en forma de recuerdo y nos arropan el alma, hasta sofocarnos las ganas perdidas y entonces encienden.

Hay emociones con cara de nostalgia, pasos de tristeza y brazos de olvido; en las que la soledad vuelve a hacerse presente aunque queramos echarla de casa.

Hay emociones atrapadas, que no afloran, dormidas, anestesiadas… con la mordaza de lo más conveniente, del momento oportuno, de la muerte.

Hay emociones que simplemente sacuden y terminan llevándonos a un teclado, para ser la manera más comedida de expresarlas, y el teclado se excita mientras la letras suben y bajan.

Hay emociones que han muerto, y estamos de duelo; asistimos al luto de saber que no vuelven, que alguien se encargó de matarlas y que no hubo lugar para una resurrección, luego.

➰➰De todas esas emociones somos presas o dueños; nos acompañan y abandonan, las gozamos y sufrimos; y solo quien no se atreve a ver la vida a corazón abierto…. se las pierde➰➰.

Mi corazón abierto, quizás sangrante y herido, tal vez con cosas que no entiende, se arriesga y las siente. Sigo viva.

La crítica… la que desdibuja el camino

La crítica, esa que grita aún en silencio y cuyos tentáculos aprietan hasta asfixiar, aunque se finja un respiro imaginario. La misma que se trasmite no solo con palabras, sino con gestos y actitudes que invalidan o descalifican a su objeto.

Es esa misma que recibimos por un tiempo, pero que si es el único sistema que certifica cualquier opinión acerca de nosotros simplemente nos aísla, nos aparta, nos lastima.

El riesgo que se corre con ella es, que inicialmente puede tener algún buen propósito a la hora de señalar algo que puede mejorarse o que se percibe de forma diferente; sin embargo lo más probable es que si se insiste en ella, terminemos más a realizando un juicio de valor aún sin tener todo los elementos necesarios para ello (porque nunca sabremos todo, de todos).

Un camino que se recorre a base de críticas y reproches, es un camino que se torna insoportable, y aún cuando los pasos parezcan que avanzan, el lugar de llegada llamado armonía jamás se visitará. A veces es excluyente una de la otra.

Las relaciones no se sustentan con la crítica, sino bajo el paraguas de la palabra comprensión.

No somos cuadros en las paredes de un museo, ni platos en restaurantes buscando Estrellas Michelin; solo personas, seres humanos complejos, susceptibles a ser traspasados y heridos por palabras que no contengan ni un ápice de generosidad.

La crítica termina borrando el camino, y hasta quien había decidido andarlo.

Quien se empeña en vivir criticando al que va a su lado, tiene por seguro que la única compañía que le quedará será precisamente ella, la crítica.

Llegan los días… reflexionemos

Llegan días raros, que no esperamos o ninguno deseaba.

Eso días en los que al verlos nos damos cuenta (o confirmamos) que la vanidad no es algo que debería definirnos. Y no solo es vanidoso el que porta ropa y accesorios, sino aquel que acumula títulos, logros, posiciones y otros, para sí mismo, como si eso les hiciera mucho más interesantes que al resto de los mortales.

➰Días , en que las calles están desiertas, con las restricciones debidas para no propagar a un «bichito» que no necesita mucho para apoderarse de la vida de otro.

➰Días en los que comprar calzado, ropa, accesorios y bolsos nuevos ya no resulta tan atractivo, porque quizás no hayan días suficientes por delante para estrenar tantas cosas.

➰Días , en que los gimnasios están un poco vacíos, porque el verse bien y estar «en forma» pasa a un segundo plano, cuando se trata de que lo más importante ahora es, procurar mantenerse «vivo».

➰Días , en los que las cuentas bancarias aún con muchos ceros a la derecha, sirven y no tanto; porque quizás no hay mucho para comprar en la calle y los «rappi» no pueden traerlo todo (aunque eso diga su publicidad).

➰Días, de paseos internos dentro de una casa que tal vez hemos querido olvidar mientras estamos todo el día fuera, y ahora debemos pasar por la baldosa floja o sobre el vinilo que cruje en señal que necesita un cambio desde hace rato.

➰Días , de encontrarnos con nosotros mismos, a pesar de continuamente saludarnos al espejo y no ahondar mucho en vernos para no descubrir que el tiempo pasa y que quizás no somos quienes queríamos en esta etapa de la vida.

➰Días , en los que hemos sido controlados por un pequeño visitante y ¿cómo es posible que eso nos pase a nosotros? los humanos que siempre nos hemos creído independientes, e imparables.

➰Días en que los armarios repletos de prendas hasta sin estrenar, no sirven de nada, porque no hay sitio a dónde ir y mucho menos personas a las que deslumbrar.

➰Días , en que aún el coche más codiciado o envidiado por todos, no debe estar circulando en la calle, al igual que el cacharro viejo de alguien más, porque el tránsito está restringido y da igual uno que otro.

➰Días , en que todos se acuerdan de el Creador, así sola sea para nombrarlo de soslayo y pedirle cuentas que no debe a nadie ó mantener la postura de su inexistencia, entonces sería en vano cualquier reclamo.

Días , en que las letras a quienes las tenemos susurrando una que otra cosa a menudo, saltan al teclado y en medio de quien no comprende lo que hacemos, se dejan ver luego en entradas como esta.

…➰…

Y vendrán otros días, quizás en los que todo vuelva a la llamada «normalidad», pero sería bueno para nosotros los que nos de llamamos «humanos» no olvidarnos de este tiempo, para que sensibilizados y más conscientes de nuestra fragilidad, podamos abordar la vida y el mundo de una manera más humana.

Hoy es el día que nos toca, y la lección debe ser recibida, para asumir con otra postura los días de regalo que vendrán y darle valor a lo que realmente lo tiene. Eso que llamamos imprescindible quizás sea algo que ni siquiera es necesario. Despertemos!

Apagados o encendidos …💡😳

Hay dos formas de andar por la vida. Apagados o encendidos.

Apagados, somos uno más del montón y nos confundimos con la nada,

Todo tiene más claridad y brillo que nosotros, nuestra fuerza está quebrada.

No existen planes ni promesas, estamos como dormidos

Nada nos inspira o nos llena, nuestra alegría se ha ido.

Apagados, sin vida, cerrados… nuestros sentidos se mueren

La vida corre y no la vemos, nuestro deseo de seguir se pierde.

Pero si nos encendemos, si nos damos el permiso

No habrá quien no nos vea, o quien haga caso omiso.

Encendidos despertamos, resaltamos ante los que nos rodea

Ya no somos barcos a la deriva, llevados por la marea.

Encender es alumbrar, y todo lo que no era visible, se verá

La luz hace la diferencia, aunque le rodee la oscuridad.

Encender es querer deja atrás lo muerto, lo que ya no suma

Es disponerse a mirar, a seguir el recorrido ya sin brumas.

➰No se está encendido para siempre, en algún momento ya se apagará

Pero hacerlo en el momento preciso es sabio, cuando haya suficiente claridad.

Apagarnos para recargar las fuerzas, llevará a encender con mayor intensidad

Hacerlo para quedarse en el lamento, es olvidarse de toda oportunidad.

➰➰vivamos con un corazón encendido, y seremos un reflejo que otros vean aún en medio de cualquier oscuro túnel. Apagarnos ya vendrá de forma natural, cuando nuestro días lleguen a su final ➰➰