Niebla, luz, sombra… Octubre

Día de niebla, que presagia sol…

Cuando todo es cubierto por un delicado manto que no deja ver, estamos ante la posibilidad de que luego la luz, lo abarque todo.

El sol juega a aparecer aunque las mantas se le peguen a la espalda.

Hasta que nada más se puede hacer y le dejan salir. Su luz no se puede esconder. El que alumbra aún con sueño, resplandece.

Las montañas son sólo un escalón para subir a donde quiere, ese sitio en el que el ojo le busca y luego no le puede mantener la mirada. El día está despierto, y el frío que quisiera dominarlo todo, retrocede ante un Octubre que se viste de amarillo, aún en sus últimos latidos.

Es increíble ver la sombra ante la luz, el frío ante el calor; la presencia frente a aquel que no se manifiesta pars estar presente.

Pero aún así todo sigue. Me encanta la luz, pero también el efecto que tiene la oscuridad y le temo al frío, pero eso hace que recuerde el calor con agrado. Hoy comienza el final, pero no existe uno sin otro.

Octubre 29; 2020 7:10 am

Octubre avanza a su final… le escucho

Camino hacia mis quehaceres de hoy, el tráfico normal, entre vehículos que quieren burlar el controlador de velocidad, motos que zigzaguean como queriendo tejer una trampa en la vía y ciclistas reacios a usar la ciclovía. El riesgo a la orden del día.

Los días de Octubre avanzan, y con ellos su despedida. Pareciera que todo va sin «pena ni gloria«, o más bien como mucha pena, debido a todo lo que nos ha tocado este famoso 2020, de quién muchos dijeron «era el año».

Hay azul y claridad a ratos, rayos de luz serpenteantes que deciden ser solo flashes en un día que sabemos va a ser de lluvia. Pero la luz hace lo suyo, alumbra y rompe por instantes lo que se supone es oscuro.

Llegó a mi lugar y en pocos minutos ya todo ha sido cubierto de neblina, de gris, de frío… Octubre se encoge de hombros y me dice: —Abrígate, que se que está temperatura te afecta.

Yo asiento con la cabeza, mientras cierro la cremallera de mi chaqueta. El frío entra, desafiante como si no temiera a lo acolchado de las prendas, sobretodo en un cuerpo cono el mío.

Pero le miro…

Veo lo imponente de este día de Octubre y el degradé de grises sobre la montaña, que no puedo hacer más que admirar la elegancia con la que este mes ha elegido despedirse.

Para no dejarlo pasar, le pregunto: —Querido… amigo, Octubre ¿qué te llevas?

Y el pacientemente acomoda su bufanda gris al cuello y con las manos en los bolsillos de su chaqueta, al igual que yo, responde, mientras subo las escalera que me llevan a mi tarea de hoy.

—Me llevo muchas ganas inconclusas… porque a veces creo que no se entiende nada…

—A ver, cuéntame más de eso, le digo intrigada.

—Bueno querida mía.. (y me encanta que me diga así), que pienso en que soy el mes diez (10) si fuese un hombre fuera perfecto, y escucho su carcajada. Luego vuelve nuevamente a la calma y con voz más bien grave me cuenta: —Es que pareciera que todo lo que ha vivido la humanidad estos últimos Díez meses, todavía no es suficiente para que estén pendientes unos de otros, se cuiden unos a otros, y vivan unos por otros.

Yo, miro al suelo y luego levanto la vista y observo todo…

—Pues quizás nos falta mucho más, para poder no sólo entenderlo, sino hacer algo al respecto. Digo y esa autocrítica, me corta a mí en primer lugar.

—Bueno, entiendo, los humanos, son humanos. Me responde en tono conciliador. Mientras yo sigo el camino y al llegar abro una pequeña ventana como puedo, para seguirle viendo.

—No todo esta perdido querido «Diez», mientras la vida se mueve y conversemos, tenemos una esperanza. Como yo hoy muchos que te están viendo y quizás se atreven también como yo, a dialogar contigo.

El me mira entonces y antes de sumergirme en la actividad de un día más de trabajo, toca con suavidad mi hombro y dice: —¿Y tú que te llevas de mí esta vez?

Siento que mi corazón salta de manera inusual…

—Me llevo la vida que sigue latiendo, querido. Lo que aún no se acaba en los respiros, la esperanza de que podemos estar conscientes alguna vez, de quienes somos; y el no rendirme. Porque así como se que tú vas a volver dentro de un año, aunque yo no tenga ese tiempo de vida, quiero volver a creer que todo puede ser posible, desde adentro.

– Entonces, estoy satisfecho.

Yo entro a mi labor; el sigue allá afuera, sin ser visto.

Octubre 27;2020 7:10 am

Escalones para subir… y bajar, la vida ☁️⛅️ ↗️↘️

Hay días en que amanece y pareciera que la vida te dice: —Ven, sube mis escalones y asómate a ver la maravilla que te espera.

Entonces enfocamos más la mirada y vemos…

Y cada uno de esos escalones se convierte en una oportunidad para subir a algún lado.

Cada nubecita sonríe y se dispone a guiarnos el paso por donde podemos andar. La vida es agradable.

Las invitaciones a ver la vida en su esplendor son constantes, pero no son reales hasta que eso realmente habla a nuestro propio corazón

Por eso cada uno tiene una experiencia, un pedazo de cielo que ver, una nube mágica que le hable e invite a seguir o que simplemente le llueva y deje todo empapado de tristeza.

Entonces, vuelvo a mirar… me apropio de la ventana que me toca, una distinta y sin los colores que acostumbraba, pero una hermosa en su propia esencia.

Y logro ver un cerro que sonríe, mientras trato de saltar ente nube y nube, para descubrir no lo qué hay al final del arcoíris, sino lo que realmente hay dentro de mi.

Los días se dibujan con los colores que estemos dispuestos a echarles y las semillas que terminan son las que valen la pena. Lo demás es solo nube qué pasa y no deja rastro.

La vida vuelve a verme a los ojos y dulcemente me dice: —Sigamos, ya Octubre esta por irse, y aún nosotros quedamos para ser testigos de lo que ocurre.

Mis pies sienten la suavidad de las nubes, mientras vuelvo a la realidad que me toca, y por la cual debo estar agradecida.

Octubre 26; 2020 7:00 am

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Día gris… y los motores para seguir 💨🌫

Hay días que simplemente son grises…

Esos mismos en los que nada sale bien; los mismos en podemos sentir que todo se hace cuesta arriba, y que por más que intentemos no se abre una ventana azul, por ninguna parte.

Nuestras alas se vuelven pesadas…

Pero,

Aunque todo esté oscuro y el gris sea lo que impere…

Mientras tengamos vida

Siempre podremos

Volar, aunque para ellos tengamos que usar motores, porque naturalmente nuestras fuerzas estén ausentes.

Vale entonces pensar en aquello que nos hace seguir adelante, todo eso que en un momento nos dio suficiente motivo para querer ir un poco más allá.

Se oyen caer las gotas de lluvia que dicen: —El gris no se va ir… al menos por un buen rato.

Recurro entonces a mis motores. Desfilan por mi mente rostros que me hacen sonreír… gracias a ti por ser uno de ellos, por no decir quién más me produce ese atisbo de vida en mi interior.

Octubre 23; 7:03 am

La vida ocurre… porque es vida 💭⛅️❤️

La vida ocurre afuera…

Aunque estemos encerrados y veamos a través del cristal del «ahora no puedo «.

Ella sale y se «entacona» pisando fuerte, aunque creamos que las calles de nuestro corazón son débiles y no aguanten justamente esos pasos.

La vida ocurre y de forma extraordinaria nos enseña, que a veces solo se trata de abrir la ventana y correr la persiana, esa que evoca nuestros temores, contiene aquello que nos angustia y dibuja todos los «no» que arrastramos dentro.

Ella ocurre… la vida, porque es vida y nos invita a mirar alto, arriba, donde los problemas no hacen nido, y las ganas de desertar no aterrizan; nos quiere lleva a escalar al azul que se vuelve infinito mientras más lo observamos.

La vida… ocurre, porque es vida y hace honor a su nombre. Se mira al espejo, sacude su melena y pinta sus labios con el deseo de mostrarse amable a quien se atreve a llevarla consigo.

La vida fluye afuera, mientras yo la contemplo desde aquí adentro, desde todo esto que siento.

Octubre 23; 2020 7:03 am

El corazón, un corazón.. tiembla 💓

El corazón tiembla, cuando se encuentra con un sentimiento intenso, de esos que no se explican, solo se sienten.

Un corazón tiembla muchas veces de frío, cuando no es arropado por un amor que corresponde, que cuida, que no anula.

El corazón también tiembla de miedo, ese que ocurre cuando la incertidumbre embarga y solo peligros le acechan.

Un corazón tiembla al correr incesante tras algo que nunca alcanza, y termina cansado, sin más poder dar un paso más.

El corazón tiembla, si está vivo; si es sensible a lo que ocurre, si todavía tiene por descubrir, territorios impensados,

Un corazón tiembla, porque basta que sienta, para que se acerque a otro y le invite a hacerlo juntos.

El corazón, un corazón pueden ser nuestra carta más real de presentación, si dejamos de temerle a mostrarnos vulnerables.

De la cosas cotidianas 44… oscuridad

Después de cada noche, viene el amanecer y todo túnel oscuro tiene una luz a su final...

Estamos acostumbrados a escuchar este tipo de frases, pero ¿qué pasa cuabdo la oscuridad se prolonga?

En estos días pasados pude tener mi lección en carne viva, a cerca de la oscuridad.😳

Y es que una cosa es tener la electrícidad fallando…

Otra, saber que la luz del día de alguna manera puede ayudar a ver algo a donde no llega la electricidad…

Y otra cosa mucho más radical, es estar totalmente a oscuras

Donde tus pupilas quieren ver y hacen todo lo posible por enfocar, con el único resultado de simplemente no ver nada.

El estar alrededor de seis días sin electricidad en casa, me sirvió para darme cuenta de algunas cosas (Las causas de estar sin el servicio las voy a obviar, porque eso sería tema para otra entrada y no quiero darle mucha atención a algo que puede pasarle a cualquiera en algún momento).

Toda situación difícil o inesperada sólo es un catalizador o revelador de lo que tenemos dentro. Así que voy mejor a lo que me dejaron estos días de oscuridad, al menos dentro de casa.

Cuando andamos a oscuras, tropezamos. Alguna vez te has levantado al baño en la noche, no quieres encender la luz y vas casi que a ojos cerrados… pero de pronto tropiezas, dándote un golpe en el dedo meñique de tu pie? Entonces el dolor te hace abrir los ojos, encender la luz y hasta palabrotas pueden venir a la boca de quién no la tiene amaestrada.

Simplemente la ausencia de no saber por donde andamos, nos hace más susceptibles a equivocarnos, a golpearnos, de seguro a lastimarnos.

Cuando andamos a oscuras usamos los recuerdos. Si sabemos bien donde están ubicadas las cosas en nuestra casa, sabremos cómo ir aunque falte la electricidad. En teoría es así, el recuerdo nos guía y podemos llegar hasta nuestro sofá y sentarnos sin mayor inconveniente; el detalle viene cuando algo cambia y la vida siempre lo hace.

Del mismo modo cuando estamos a oscuras en nuestra mente y corazón por un dolor, ya sea una pérdida física o un despecho; tendemos a sumergirnos en el recuerdo. Repasamos una y otra vez la misma escena, creyendo que con eso llenaremos el vacío, sin embargo, este se vuelve más grande con cada pala de recuerdo que cavamos en la tierra de nuestra mente. Quién vive de recuerdos terminará lastimado por la realidad.

Estar conscientes de que estamos en oscuridad, nos llevará a buscar la luz. Alguien que no sabe que no ve, no necesita la luz. Lo más importante para salir de una situación que nos agobia o hace mal, es precisamente reconocer que estamos en ella. A los que siempre están “bien” nada podrá mejorarlos o llevarlos a un paso más allá; su tope de bienestar ya ha sido colmado. Como decía un amigo “aquí estoy, esperando un día malo pa ver cómo es” lo decís a manera de chiste, pero quién está tan, pero tan bien; ya ha acostumbrado sus pupilas a lo oscuro y su cuerpo se ha hecho insensible a los golpes; entonces irremediablemente se quedará en esa conocida oscuridad.

Para los que no, los que experimentamos cambios y estos nos hacen llorar o reír, incomodarnos de algún modo es el trampolín para saltar de un lugar a otro o dicho de otra forma, cerrar una puerta que nos hacía daño.

Quedarse a oscuras, nos enseña a no ser negligentes➰. A veces no bastan las intenciones, sino que hay que llevar a cabo una acción. No es suficiente querer que el bombillo se encienda, hay que tocar el interruptor. No se pagará la cuenta sola, hay que hacer el pago aunque sea on line y hay que trabajar para tener el dinero de cubrir esas cuentas.

La oscuridad es el marco perfecto para buscar culpables, lo que no sirve de nada. Cuando estamos en los momentos difíciles, como humanos tendemos a buscar quién tiene la culpa de que estemos así; olvidando que somos responsables de cada decisión que tomamos o hemos dejado de asumir.

Así que a pesar de estar a oscuras todos esos días, esa lección alumbró de alguna manera áreas que necesitaban luz para mi. Al menos en la práctica.

Por eso decidí compartir contigo otra cotidianidad que me hace pensar.