De las cosas cotidianas 43… el reloj que corre y no para.

Las agujas del reloj corren y corren… no paran, y cuando lo hacen decimos “se dañó” porque no nos resulta natural que el tiempo se detenga, lo cotidiano es que siga su curso.

@escriboloquesientoypienso

No me gustan los “apuros “ (apuro: m. apremio, prisa, urgencia según una de las acepciones en la RAE) ni el sentirme empujada, pero al parecer es de las cosas más normales que tocan en la vida (definitivamente soy un poco <bastante> anormal).

Creo que nunca podría participar en un concurso de esos contra el reloj, tipo “Master Chef”, ese conteo de los segundos golpeando mi resistencia, terminaría enloqueciéndome. Segundos que miden quiénes somos, terminan convirtiéndonos en kamikazes de la rapidez.

Puedo escribir debajo de una escalera, mientes voy caminando, en el transcurso de un trasnocho, en medio del tráfico, a la sola luz de una vela, bajo la lluvia; con el desamor carcomiendo mis entrañas o el exceso de sentimiento haciendo temblar mi pulso al punto de que solo salgan garabatos, pero NO con el látigo del reloj persiguiéndome. ¿Será eso algún tipo de fobia?

Pero como a veces todo resulta irónico, de un tiempo para acá mi vida se ha convertido en una carrera constante por el bendito reloj. La hora de levantarse, la carrera por llegar a tiempo, un día pendiente de cumplir con todo en el horario previsto. Confieso que eso literalmente me agota. Miro de soslayo las manecillas que con un sonido sutil y a la vez ensordecedor, me desafían.

No se logra llegar a la meta solo por correr más de prisa, pero igual reconozco que los parámetros son necesarios, para evitar la anarquía y en el fondo algo de bondad tienen. Entonces la compasión sube a mi mente y volviendo la mirada hacia ese que corre, terminó pensando lo mismo que Sanz en una de sus canciones: “corre porque es un cobarde”

Lo cierto es que por las razones que sean y lo atienda no, el tema del reloj muchas veces me pone “contra las cuerdas” y temo que la mayoría de estas, no salgo todo lo aprobada que quisiera. No es que llego tarde, porque no lo hago; es solo que sentir la presión del reloj, es como un arma letal de última generación, queriendo fusilar a mi alma de pájaro que quiere volar sin que le marquen el rumbo o que le impongan los minutos que puede hacerlo.

Por eso soy libre cuando escribo, porque aquí, el único tic tac que se oye, es el de mi corazón que se acelera o aquieta, cuando te pienso y las letras se amontonan detrás de mis sentidos.

Y vuelvo a la realidad que impera, esa que sepulta cualquier cosa que se llame sueño a su lado, entonces viene la hora de dormir, para poder despertar mañana y seguir jugando a que le hago caso a uno que presiona por su rostro sudado y respiración jadeante, siempre como cansado, porque simplemente no se detiene. Aunque no vea sus pequeñas manos en este momento, siento la influencia de sus horas sobre mis párpados; ha ganado otra batalla, pero en algún momento podré desafiarlo y ganaré la guerra, o al menos no la haré más.

Costumbres… Diciembre 😳🎄

Hay días como hoy en los que hay que explorar lo que tenemos alrededor, y quizás descubrimos diferencia con respecto a lo que estamos acostumbrados.

Tal vez el sol sale, pero de forma diferente a cómo la vimos por mucho tiempo, y lo que era seguro de una manera, hemos llegado a comprobar ser que también lo es, de otra.

Somos seres de costumbres, pero también podemos llegar a separarnos de ellas.

Así como el sol sale todos los días y lo vemos, asumimos que siempre lo podremos observar de la manera acostumbrada, pero no es así.

De igual forma ocurre con las personas. Hay quien nos acostumbra siempre a estar, a dejarnos mensajes, nota de voz, presencia de alguna manera y… de la noche a la mañana, simplemente desaparece. Sus prioridades son otras, ya no estamos entre sus intereses o puede ocurrir cualquier otra cosa que no llegamos a saber. Lo cierto es que la costumbre se rompe.

Hoy Diciembre en su muestra del día me ha enseñado que aun siendo raíces de un mismo árbol, no siempre se va en la misma dirección, ni de la misma forma.

Por costumbre podemos ubicar a todos los árboles como iguales, pero si te acercas verás que no es así. Cada uno tiene su tiempo de crecer y desarrollarse distinto.

Entendiendo eso, me consuela pensar que debemos más bien alegrarnos por el tiempo que alguien nos dedicó, en lugar de sentirnos rotos porque ya no lo hace.

Las costumbres son buenas mientras duran, pero pueden desaparecer; sobre todo cuando no se es lo que alguien más anda buscando.

El cielo hoy está azul, y no por costumbre, sino más bien como milagro, ante las ganas de llover y el frío de estos días.

Que la costumbre no nos gane, inventemos nuestras formas de sentir y que se mantengan vigentes, cada día.

Diciembre al sexto día y me sigues deslumbrando; 1;58 pm

Un nuevo día y mes… Llega Diciembre

Un nuevo día, un nuevo mes, una nueva perspectiva para abordar la vida.

Son regalos que a veces vienen juntos y no sabemos de un todo como desempacarlos.

Mientras descubro lentamente que la línea del horizonte se abre ante mis ojos, que no puede vivirse la vida a base de obviedades, que si hay algo más después de todo.

No saber qué hay después de lo que vemos,

No contar con la sorpresa en nuestra historia

No es girar sin un sentido cuál la noria,

No es para ser esclavos de lo que sabemos.

Un nuevo mes comienza ahora,

Una nueva ilusión se está forjando

Un camino a estrenar vamos andando

Un buen sentimiento va con esta hora.

Diciembre esas llegando muy bonito

Con los caminos todos adornados

No tendrá importancia lo que se ha olvidado,

Ya no hará más daño, ni siquiera un poquito.

Hoy, hay una historia nueva por contar,

La letra se escribe con la nueva pluma,

Hoy no es necesario que salga la luna,

Para lo que quiero poder expresar.

No se han ido todas las malas noticias

Lo que duele existe, ya sin dominar

Ahora hay una forma nueva de mirar,

Y el mundo se abre, es una delicia.

Diciembre tus colores voy a disfrutar,

Tus días los quiero libres de malicia

Mientras que el amor me lleva a pensar.

Diciembre con su rostro colorido, en su primer día, de este lado de la vida. 8:18 am.

Noviembre…el de este ahora

Ayer el día extendió un manto rojo sobre si, para irse a dormir. Fue un día que terminó con emociones guardadas para la eternidad.

Hoy amanece con la luz que da el saberse vivo…

Quizás suena tonto asomarse de la misma manera a ver el día. Y es que creemos que siempre lo vamos a poder hacer, por eso alguna vez desestimamos los detalles del fondo.

Hasta que la vida sorprende y te habla al oído diciéndote: «mira esto y grábalo porque es posible que ya no lo veas más » entonces lo rutinario y seguro adquiere otro nivel de importancia.

De la misma manera ocurre con las personas, esas que muchas veces obviamos: las que siempre están en nuestra vida por alguna u otra razón. Les vemos aparecer diariamente y asumimos que son parte fija del paisaje, nada importante o que despierte nuestra atención.

Son las mismas escaleras que nos llevan a mostrar el mismo horizonte. Así pensamos…

Y el cielo puede parecernos igual que siempre, sin que prestemos mucha atención o sea objeto de alguna admiración especial, porque total «es el cielo» «siempre está allí».

La verdad es que no es así. Hay lugares donde el sol no brilla con frecuencia y existen ciudades donde a pesar que hay un cielo esplendoroso la cantidad de edificaciones atrapa la mirada, siendo reo del bullicio y el trajín del día, sin que puedas levantar los ojos suficiente como para ver el azul por algún lado.

Entonces cuando no podemos ver más eso, es que lamentamos el tiempo perdido no aprovechándolo mientras estaba a mano.

Soy de las personas que me gusta vivir con intención y no quiere decir que todas las veces lo logre, sin embargo piso las hojas del camino y muchas veces disfruto del sonido que desprenden y de alguna palabra que a ellas mismas se les escape, por sentir algún dolor cuando voy encima de ellas.

Porque de nada sirve un paisaje si no lo miro, lo respiro, lo observo mientras cambia.

Porque de nada sirven las letras que no se escriben, porque quién podría leerlas, (incluyendo a quien mismo las escribe).

Porque de nada sirve la música más bella sin oídos que la disfrute y gente que esté dispuesta a ser movida por ella.

Porque de nada sirve un amor, un sentimiento que no se exprese, es como atrofiar nuestra mejor parte y poner una lápida en nuestros corazones, pretendiendo que así estamos mejor.

Que los días son bellos, porque aunque lo parezcan, no son iguales y el hacernos conscientes de eso permite que cada vez podamos estar quietos ante ellos y admirarlos

No hay que esperar a que no se esté, para apreciar lo que teníamos. Detesto las flores en las tumbas y la ausencia de ellas mientras hubo vida que pudiera aspirar sus fragancias.

Se habla mucho del «ahora» y se sigue desperdiciando. Por eso visito este Noviembre, de esta manera una vez más, porque no se cuando se rompa la racha de registrar este tipo de pensamientos diariamente.

💭No me quedo con las ganas de mirar lo ya visto y descubrir que me sigue gustando desnudar el paisaje.

💭No me quedo con las letras que tocan a mi espalda y quieren salir, simplemente como ahora, las dejo.

💭No me quedo con el sentimiento que tengo, como de costumbre, te lo expreso, aunque quizás aprendiendo a hacerlo de forma más callada.

Noviembre, tú que te vas, como ya ves, te detallo. Puede que vengan otros con tu mismo nombre, pero nunca van a ser igual a este, el de este ahora.

Noviembre 24, 7:20 am

Cambios… no siempre son como pensamos 💭

Hay días en que todo cambia.

Descubrimos que hasta el color del sol es diferente. Hasta que nos damos cuenta que lo estábamos viendo a través de un cristal que tenía papel ahumado.

Así ocurre con muchas de las cosas que apreciamos desde una posición sesgada. Cuando hay un prejuicio de por medio, en vano existe una mirada o una explicación, si todo se asume de antemano; aunque después tarde o temprano te des cuenta de que estabas errado.

El día sigue ahí, como para demostrar o poner al descubierto lo que en realidad significa ser objetivo y real en lo que vemos o en los pensamientos que concebimos.

A veces hay que «desnudar» realmente las situaciones o las personas para saber de que se trata

Noviembre enseñándome a través de un vidrio, que tanto uno puede llegar a equivocarse. Y eso es bueno, porque quien no ve su error, jamás podría salir de él.

Agradezco las veces que no me he ido «de las primeras » cuando veo algo que me resulte raro, y por supuesto lamento las veces en que si, y la palabra sale fuera de tono o una actitud errada acompaña lo distorsionado de la percepción.

Noviembre 21, 12:07 pm

Jugamos a despertarnos… y nos quedamos dormidos

Despertar no solo significa abrir los ojos, sino más bien estar consciente de que la vida nos roza, nos invade, nos contiene.

Hay amaneceres que tienen cara de sueño, de quedarse dormido, de solo intentar abrir los ojos como un juego. Y resulta que la vida es más que eso, que un simple juego.

Así empezamos los días, haciéndolo como por salir del paso, por que al fin y al cabo es un juego. Nada serio o importante viene en las horas, porque insistimos en seguir «jugando».

Despertamos pero nos quedamos dormidos.

Por eso la claridad algunas veces nos sorprende, invade nuestra pupilas perezosas quienes arremeten con rabia ante quien le interrumpe el letargo; entonces el juego ya no lo parece tanto.

La realidad nos golpea el rostro mientras el día va avanzando, porque sus horas no conocen de intentos fallidos y de juegos o simulacros. La vida viene con todos sus matices y quien está dormido, simplemente los pierde.

No se trata de ir con la crudeza a flor de piel, y de arrancar los sueños de la esfera que tengamos, es más bien darnos cuenta que la vida, la real no es un juego arreglado en la que el marcador siempre estará a nuestro favor. Es más bien una experiencia en la que se pondrán al relieve nuestras limitaciones y seremos fuertes en la medida que vayamos aprendiendo a manejarlas o simplemente las aceptemos.

Necesitamos estar despiertos para darle cumplimiento a los sueños.

Porque nadie está exento de problemas, luchas, enfermedades y decepciones, pero quedarnos escondidos pretendiendo jugar a que no amanece, no resolverá ninguno de ellos. Nadie tiene que salir a luchar con monstruos si no quiere, pero tampoco está obligado a enrollarse con ellos bajo las sábanas y dejarse tragar poco a poquito.

Todo cielo tiene una gran porción de espacio grises, oscuros y con lluvias y no por eso el sol deja de engalanarlo de forma espectacular un sinfín de veces.

Despertar es darnos cuenta que estamos vivos. aún en la circunstancia que atravesemos: porque puede que la abundancia nos haga olvidar el padecimiento de otro y la posibilidad de caída que todos tenemos: pero también la escasez puede hacernos pasar por alto que, quienes somos y la alegría no se ancla solo en las cosas que tenemos. En esa posición infernal, es fácil por alto las cuerdas de rescate que tengamos a nuestro paso, y como ciegos dejar de tomarlas.

Jugar y soñar es bueno, despertar y construir realidades, mejor.

Noviembre 19, 9:02 am

Ayer y hoy… pasa y cambia

Ayer, al final del día el cielo se encendió de tal manera que parecía una hoguera ardiendo en medio de la noche.

Hoy, al comienzo del día todo es muy gris. Podría decirse que así se describirían los días de los funerales.

El día cambia de un extremo a otro en tan solo doce horas.

Ese es el riesgo que toman los que se atreven a seguir adelante. Tarde o temprano algo (o todo) va a cambiar.

Hay quien decide quedarse inmóvil por la comodidad de no someterse a ninguna variación, y lo que obtiene es que con el paso del tiempo y el entorno que si sigue su curso, el único que queda sumergido en ese pasado estático es quien se quedó ahí. Lo demás. incluyendo las personas experimentan cambios.

Este día que ahora está así, cubierto de nubes de colores oscuros, que no dejan ver el azul que se presume en algún lado; lo más probable es que en una horas, cambie por completo.

Así también quizás toda nuestra vida, como un solo día en el que desde su inicio hasta su final ocurren muchas cosas y los escenarios cambian. Resistirnos a ello, lastima.

Empezamos no teniendo control de nada, luego pasamos a un tiempo en el que creemos que si controlamos, para volver al final del camino a entender que volvemos a no controlar nada.

Y quizás el que está ahora mismo en la etapa del control, de la fuerzas completas y la lucidez al cien por ciento, olvide con intención lo que no estaba en su poder cuando ni siquiera caminaba o era dependiente en todo, de quienes le cuidaban y por supuesto también obvia a conciencia, las etapas del porvenir en el que es probable que algo así le suceda.

En fin van tan solo minutos… y ya el panorama va cambiando. Como la vida, como todo, así nos quisiéramos quedarnos aferrados al momento, este pasa.

Noviembre 18, 6:38 am

Noviembre… para que la calma? 💭🤫

El silencio se la madrugada nos hace andar loa pasillo de la vida… de puntillas.

Nos permite estar conscientes de que la bulla y el ruido no nos hacen sentir realmente acompañados.

Y el silencio de quien duerme también nos alivia, porque no hay respuestas que pensar y mucho menos, excusas.

Es bueno sentir el corazón despierto mientras todo está quieto y sentir aún más, como sus latidos sobrepasan nuestro control.

A esta hora cuando todavía está oscuro y las imágenes no son nítidas, nuestros ojos de adentro son capaces de observar con cuidado.

Y si nos atrevemos a ir un poco más allá quizás consigamos alguna estrella dando saltos y moviéndose en silencio, porque es su hora de estar libre de miradas.

Entonces el día hace su entrada y la madrugada que andaba desnuda, debe correr a envolverse.

La función comienza y todo el mundo a sus lugares, porque el ruido dará inicio en cualquier momento.

Nos hacemos conscientes entonces que empezaron las horas del día para todos, y las voces se encienden.

Los compromisos se suben a la mesilla de luz y el reloj comienza a marcar la pauta, junto a sus complicaciones.

Una pincelada rosa entonces, nos recuerda que todavía la vida se sonroja a pesar de los afanes.

Que podemos sentir y ser estremecidos aunque lo consideren pasado de moda.

Que la quietud, la calma y el agite van más allá de lo que nos permitan las pequeñas manillas del que siempre corre. Que está en nosotros poseerlos o hacernos sus esclavos.

💭

Disfrutamos nuestra calma y soledad, el estar con nosotros mismos y conocernos.

Disfrutamos acallar las voces que hacen tanto ruido que no permiten que escuchemos bien al que lo produce.

Disfrutamos el sentirnos vivos sin que nadie más lo certifique o considere válido, como nosotros.

Y todo eso tiene sentido…

Cuando valoramos más la compañía que tenemos a pesar de que hemos visto nuestros defectos.

Cuando toleramos que alguien más desafine en nuestra pieza musical, sabiendo que no siempre nosotros pudimos tocar bien la escala.

Cuando la vida realmente la sentimos viva, porque nos salimos de nuestro propio ego somos y somos capaces de interesarnos porque alguien más sonría.

Nuestro tiempo a solas, nuestras meditaciones, fe y conocimiento propio, tienen su confirmación en cómo somos cuando ya estamos en ente mucha gente o con poca compañía

Si lo que hacemos en público es una mera actuación, es porque a solas nos engañamos una y otra vez a nosotros mismos (conscientes o no).

Si a pesar de que estemos acompañados podemos valorarles por quienes son sin olvidar quién somos nosotros también, entonces lo que hicimos a solas nos permitió pasear por nuestros laberintos interiores y a pesar de lo encontrado, crecimos.

💭

Estos momentos de calma y a solas los agradezco, recargan mi fuerza para el resto del día. Vamos Noviembre.

Noviembre 17, ente las 5:15 y las 6:15 am

Lenta madrugada… día que comienzan, tiempo que se espera.

La madrugada se levantó en tinieblas

Luna un traje de luto vestía

Como quien de llorar cansada queda,

Así estaba a la espera del día.

Y este fue abriéndose paso,

Dejando que su luz llegara

Despacio como por si acaso

La luz del sol a ella encandilara.

Las nubes que antes la cubrían,

Pasaban por doquier de un lado a otro

El día su telón así subía

Mientras la brisa las movía con su soplo.

Y amaneció así el día entre nubes,

Como dejando que el sol se adormilará

Pero el día igual me dijo: «Sube»

Y pude contemplarle, encantada.

El espectáculo hizo inicio ante mis ojos

Las nubes en sus formas muy variadas

Quitaron del cielo y su ventana, su cerrojo

Y dejaron que su luz me iluminara.

Todo alrededor se hizo muy bello

A pesar de que sol aún no subía

Pero igual todo tenía su sello,

Porque dormido, así resplandecía.

Te lo mostré, quise que vieras sus colores

Darte de eso hermoso que miraba

Es lo que hacen todos los buenos amores

Dan de lo mejor que tienen en su alma.

Y aunque el día tardó en dejarse ver

El movimiento seguía y esperé

No ocurre todo rápido en el ser

Por eso con paciencia me quedé.

El cielo se aclaró ante mi vista

Todo se hizo visible y muy hermoso

Como un avión que encuentra ahí, su pista

Vi todo arriba, bello y majestuoso.

Entonces comprendí que la paciencia

No es algo al azar o por descuido,

Es un querer estar, con la conciencia

Que cumple quien no se da por vencido.

💭

Aunque hay cosas que son naturalmente rápidas, como el amanecer por ejemplo, hay ocasiones que todo toma su tiempo. Entenderlo y comprenderlo nos lleva a abordar mejor cualquier cosa.

Quizás el sentimiento unas veces es casi instantáneo, otras tarda más en manifestarse, pero también ocurre que nunca sucede y la reciprocidad no existe. Quedarse para entenderlo también cuenta.

Lo cierto es que aunque dure mucho tiempo, más tarde o más temprano nos daremos cuenta, de que si lo esperado vale la pena, o era una vaga ilusión que no existía. Amanecerá de algún modo y lo veremos.

💭

Noviembre que hoy se tomó su tiempo, es su derecho… como el tuyo también de hacerlo.

Noviembre 16, 7:51 am