Sobre el amor se escribe mucho, incluyéndome a mi, dentro de los que lo hacen. Pero esta vez, este amor en 2020 quiero que esté un poco más allá de lo que la pasión y la leve emoción sugiere.
Quiero que hablemos de ese amor que no es solo pasión que quema y latido se que se acelera, sino de ese que es capaz de hacer reverdecer los caminos más secos.
El amor es lo más parecido a la vida y por eso quiero iniciar con esta serie en 2020, llevándolo un escalón más allá del sentimiento que siento (y tú que sabes que es así) para dimensionarlo en la forma más noble y sublime, porque es algo mucho más profundo de lo que puede decirse.
Amar son actos continuos de bondad, esperando que en el otro germinen sonrisas que nos hemos empeñado en sembrar, aún en tiempo de sequía.
El amor construye caminos verdes, a pesar de los desiertos de decepción que puedan llegar nuestra vida y las flores pueden llegar a tener los colores más intensos que jamás hayamos visto.
A todos nos gusta la pasión y todo ese remolino que envuelve a quien lo siente, sin embargo el amor aunque pasa por allí, es más que eso.
La sola pasión es capaz de incendiar el campo de nuestras emociones y dejarnos desolados; el amor gota a gota puede regarlo nuevamente y hacerlos que florezcan,
No hay Amor sin emoción, pero si hay emoción sin amor.
🌿Amo a aquel que es capaz de ver posibilidades para un campo seco, cuando para nadie más las hay.
🌿Amo la fuerza que tiene aquel que decide quedarse a regar, cuando la planta no resulte atractiva.
🌿Amo la inteligencia de aquel que valora las hojas, aunque parezca una igual a todas y el tiempo esté por tumbarla.
El amor y su nobleza va mucho más allá, de lo impliquen nuestras pieles, aunque ellas siempre reclamen su espacio.