La resignación es algo que puede decirse fácil, pero no es algo intrínsecamente ligado a la vida.
Cuando decimos que respirar nos basta, arrastramos los pies, nos conformamos, bajamos la mirada y simplemente nos dejamos llevar. Nos confundimos entre el montón. Seguimos la corriente, nos dejamos llevar. ¿Qué ocurre dentro de nosotros? ¿A quien podría importar, si pareciera que ni a nosotros nos importa?
Cuando nos hacemos conscientes de que vivir es más que solo respirar, el aire a veces se vuelve hasta insuficiente. Nada nos basta. Somos rebeldes con o sin causa, hacemos una pataleta con la vida y peleamos por más. Y ese más puede que no lo alcancemos.
Nos volvemos intrépidos, luchadores, la esperanza es algo primordial y nos creemos capaces de conquistar lo imposible, porque en nosotros algo arde.
🎈 Entre ambos extremos nos transcurre la vida 🎈
La vida es un poco de esto y aquello, el equilibrio imperfecto entre la no resignación y la no rebelión a ultranza. Es un descanso obligado cuando solo tienes fuerza para un solo respiro, pero también es fuerza inexplicable que te lleve a atreverte, a ir por más, cuando el corazón lo reclama.
Los extremos son los límites, lo que hay entre ellos, la mejor forma de pasarla mientras existe aire por conquistar.
Siempre dando en el clavo, Awilda. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias querido amigo.
Me gustaMe gusta
Mejor explicado imposible! Gracias!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tus palabras Bitácoras.
Un abrazote.
Me gustaLe gusta a 1 persona