Julio 2020, que te vas… fiesta de luz! 😊

Julio se va despidiendo ya, y ha hecho fiesta de luz, para irse a lo grande.

Los días han sido raros, amargos inciertos, pero la despedida de esta treintena de emociones, nos reconcilia con la idea de que todo «también pasa«.

Por mucho que las aflicciones sean profundas, las heridas alguna vez cicatrizan y el momento más aciago recibe un rayo de sol, volviéndose en esperanza.

No sabemos a ciencia cierta que nos depara el simple día de mañana, pero debemos estar agradecidos de este hoy, aún con todos sus inconvenientes.

En días en los que la vida ha tomado un valor más cercano a su propia verdad, en medio de cuidados y normas de bioseguridad, aislamiento y desinfección, pensemos en todo lo agradable que hemos tenido hasta ahora, antes que la vida nos mostrara otra cara.

Muchos zoom como medio expedito para comunicarnos,m; meet, WhatsApp’s y cualquier medio digital alternativo para vernos y decir de alguna manera que “estamos aquí” seguirán siendo quizás en los próximos meses y quién sabe, si años, la forma que tendremos para seguir estando juntos.

Pero estamos llamados a no darnos por vencidos. En los momentos menos esperados y aún rodeados de las crisis más profundas, suceden cosas buenas.

Poder acercarnos a alguien y expresarle nuestro amor, de forma digital es una vía o un medio que los que vivieron situaciones de emergencia sanitaria antes, no tuvieron. Así que sigamos celebrando la vida, porque es la oportunidad que tenemos.

Julio, me añadiste un año más, y desde esta perspectiva, me permito ver los días con ojos nuevos, con la calma de saber que las prisas no sirven para mucho y que nadie puede vivir ningún día de manera anticipada o posdatada.

Que el presente sigue siendo lo más conveniente.

AC*

Octubre que se va…adiós con mano extendida 👋

Este último día de Octubre quiso amanecer temprano. Ya desde las 4:30 am se dejaban ver algunos visos de luz por allá arriba. Por supuesto que mi cámara no capta eso (por lo limitado de mis recursos) pero la perfección de la retina si lo hace.

Más tarde , el reloj adelantado en sus diez minutos de costumbre, me indicaba que el espectáculo ya había comenzado.

Es increíble ver luego como en cuestión de minutos

Se iba corriendo el velo

Poco a poco…

Casi con urgencia , el día se dejó ver

Aunque quizás él podía pensar que la urgencia la tenía otra, lo que era muy válido.

Las nubes se mostraron mucho antes de las seis, y lo que generalmente es una superficie azul despejada, adornada con pocas pompas blancas y rosadas fue una gran mezcla de grandes y esponjosas nubes de colores varios que se movían. Como dije ayer, nadie quería perderse la fiesta de la despedida.

Y a mi, que no me gustan… ni las despedidas, ni los tantos alborotos, allí estaba en medio de ellas.

Todo justo en su lugar desde antes de las seis, para empezar el día

Si algún pintor quisiera registra en su lienzo este amanecer, tendría que hacer uso de todos los colores de su paleta.

Para acercarse un poco a la maravilla de los trajes que Octubre usa en su despedida.

Los contrates perfectos si existen, y esos los dá la luz y la sombra. Cosas que no es hecha por humanos, pero verlo es un privilegio que a veces se nos escapa, por no ser conscientes de que lo tenemos.

Que la ciudad duerme y el día esté despierto es increíble.

Que exista oportunidad para poder admirarle, lo es más, más increíble.

Y aunque todo el espectáculo sea hermoso, la despedida es despedida y también duele.

Octubre te vas, gracias por tus treinta y un despliegue de bondad para conmigo, dejando que me acercara aún con lo que no entiendo.

Nos veremos quizás desde otra ventana, pero igual ruego por ese quizás, nos veremos.

Y los colores siguen cambiando y los pasos del reloj, siguen corriendo.

Aquí mis pensamientos al aire de esta hora, Octubre:

🍁

A veces estamos ansiosos porque algo suceda, y no pasa, no ocurre. Pretendemos empujar el reloj como si él hiciera caso a nuestras apetencias, y no es así. Luego nos quedamos quietos y vemos como el tiempo más bien nos consume, mucho más rápido de lo que quisiéramos.

Entonces entendemos que no es de apuros, ni de brincos; que se trata más bien de de hacer con lo que llega. Un amanecer no empezará o terminará más pronto porque uno quiera, ni una persona estará a nuestro lado solo porque se lo pidas.

El radio de acción de mayor influencia que tenemos es sobre nosotros mismos, y es allí donde debemos enfilar las carabinas.

No es darle a otro para que ese haga nuestra receta, es cocinar el plato y degustarlo; y luego si alguien más lo pruebe quizás se interese por saber ¿cómo fue hecho?

No controlamos el curso del reloj, pero si podemos programar a que hora dormimos y despertamos. Entonces no culpemos a más nadie por lo que hacemos o dejamos.

Los hechos que duelen, simplemente duelen, decir que no es escondernos de la realidad y sería una tontería que no nos llevará a ningún lado, porque tarde o temprano a eso que le huimos, por estar corriendo nos tocará chocar con él y verlo a la cara.

🍁

Que hoy también es otro día Octubre, vamos a bebernos los segundos sorbo a sorbo.

Octubre 31, 6:44 am

Desde ayer llueve… septiembre duele 30 veces

No fue Suficiente la mañana

Para nublar todo cuanto se veía

Septiembre mientras se despedía

Sus lágrimas a caudal, derramaba.

🌧

La tarde de ayer fue lluvia pura,

Las gotas no cesaron por buen rato

Y aunque todo ese gris fue un desacato

Todo estuvo oscuro ya a la una.

🌧

Aunque era día parecía más bien noche,

La Alegría uso traje de tristeza,

Era como si faltaba alguna pieza

O que el agua había perdido algún broche.

🌧

No paró así de llover, hubo limpieza

Se vaciaron los cielos con derroche,

Y también en eso hubo grandeza.

Septiembre 29, continuaba en su delirio…

… /…

Septiembre 30

Y hoy que llegó la despedida…

El panorama es similar, vendrán las gotas

Y aunque Septiembre tenga ya, el alma rota

Se irá, es poco lo que queda de su vida.

🌧

Así es como terminan los amores

Como Septiembre en una triste despedida

En la que duele el alma y la vida,

Se dice adiós y quedan los dolores.

🌧

Que nadie sale ileso de sentir

El tiempo se llena con sus huellas,

Y así como en el cielo hay estrellas

Se nota aún sin dejarlo salir.

🌧

Ayer es ya hoy, noticia vieja,

Septiembre te estás a punto de ir,

¿Amor, será que tú también estás afuera?

Estamos a veces tan hundidos, que creemos que el dolor jamás pasa; y eso mismo prolonga la agonía. Los días tristes pueden alargarse, sin que podamos hacer mucho en contra de ellos, pero si hay algo seguro es que también acaban.

Lo que se siente y duele, abre una herida que en algún momento también seca, y como el tiempo se escurre en este mes, también así se ha de marchar todo aquello que nos rompe, nos angustia y nos hace olvidar cuánto valor tenemos.

En ese momento entonces, se vuelven buenas las despedidas; cuando todo eso que nos mata (pero dejándonos vivos) sale y toma su maleta.

Enero… un adiós 👋 esperado

Estos dos últimos días de Enero, casi como al descuido… sus horas fueron mágicas. Hasta las mascotas se cautivaron con el brillo del sol en una de sus despedidas diarias.

Nada pasa desapercibido ante los ojos de quien está atento.

El tráfico de estos días ha estado muy pesado en mi ciudad, pareciera que hasta una piedra en el camino, por muy pequeña y un fuera, puede paralizarlo todo.

A veces aún el problema más pequeño, puede alcanzar magnitudes dantescas en nuestra mente y logra dejarnos sin capacidad de acción.

Pero a pesar del caos vehicular que muchas veces nos abruma, ninguno de los atardeceres de estos días se dejó opacar por el sonido de las cornetas y conductores desesperados. Simplemente compitió y ganó.

Los momentos difíciles, están a la orden del día, sin embargo tenemos el compromiso con nosotros mismos de no dejarnos aplastar por ellos. Toca ganar también.

Luna… ni hablar… la más bella de esta despedida de Enero. Aunque se ha dejado ver dos veces en el mismo mes, Enero; su espectáculo es tan especial cada vez, que igualmente nos cautiva.

Me recuerda a esas personas, que no nos cansamos de ver…😍 por eso, siempre quiero verte.

Asomarme a los finales de Enero, ha sido fabuloso porque el encanto del mes que estrena el año, con sus colores y ruidos matinales, se constituyó en un refugio perfecto ante las tempestades que traían las horas siguientes.

Así como esa compañía en la cual nos sentimos a gusto, a pesar de que las paredes de la realidad se estén derrumbando.

Ayer, como despedida especial… Enero mostró el brillo de todos sus días, concentrado en un sol que abrió un manto gris, para dar paso al espectáculo del ocaso.

Lentamente se fue volviendo dueño de todo el escenario, a pesar de que las nubes continuaron, se convirtieron en la cortina perfecta mientras bajaba.

La despedida fue simplemente genial… bella… increíble!

Al final, la tarde se vistió de un color y brillo extraordinario en medio de un traje gris que si bien le quedaba a la medida, fue rasgado sutilmente hasta que totalmente el sol se marchó. El recuerdo lo embargó todo.

Como las personas que en medio de caos que a veces puede ser la vida nuestra, aparecen dejando un rastro de amor y sonrisa… es inevitable que aún cerrando los ojos, les veamos. Su recuerdo nos acompaña.

El último atardecer del 2017… tu que te vas…💭

Es el último atardecer… 2017 se va, y mientras lo hace, en medio de la conversación que tenemos, junto a la voz temblorosa del reloj me dice:

—Quería darte más, pero…

—Calla no lo hagas, no te excuses. Me diste lo que eras y lo que yo acepté, se hizo importante en mi vida.

Guarda segundos de silencio y concluye:

—No hubo mejor forma de hacerlo, que la hecha. Es hora de marcharme y lo hago con la misión cumplida. Mientras reíste o lloraste, estuviste viva, así que es maravilloso.

—Fuiste de lujo 2017, trajiste un regalo implícito que pude desplegar y hacerlo mío. Gracias!

Y el día, que ya tiene la maleta preparada, comienza su despedida de la forma que lo hacen los grandes, con satisfacción en el corazón por lo vivido. La antesala del que viene es la belleza de una sorpresa que haremos nuestra…

Octubre… una despedida

Hoy Octubre amaneció bonito…

Un amanecer que presagiaba un adiós…

quizás no luminoso como la mañana de ayer, pero con una expresión que decía que era un día importante.

No hubo un sol desplegado en brillo, hubo más bien un día quieto que se dejaba escuchar entre el silencio de sus sonidos matinales.

Mi corazón valoró hoy, de manera especial el poder pararme aquí y contemplarle… pensé mientras suspiraba: —en algún momento ya no podré hacerlo; mientras preferí llenarme de ti, Cielo.

Recordé a Luna, la noche anterior y supe que cómo ella, todo cumple un ciclo… para salir, para esconderse, para nacer, para morir.

Lo que Luna me ha mostrado estos días, ha sido una hermosa lección sobre lo que significa prepararnos para estar completos, o llenos cómo es el caso de ella. Pero eso es motivo para otra entrada, por ahora, la recordé para saber que los ciclos son viajes constante que nos tocan.

También entendí, que aunque no traemos el ayer para asumir este hoy, si tiene que ver lo visto o hecho antes, para disfrutar y valorar este ahora.

Hay momentos de lluvia, que permiten ver luego un cielo despejado.

Hay luz que en despedida permite al claroscuro dejar un efecto mágico al rededor.

Y también hay vida moviéndose con los más vivos colores.

Este Octubre y su recorrido me ha permitido además de disfrutar de su belleza, agradecer por la oportunidad que significa respirarlo.

Pero volviendo a este día…

Se hizo una suerte de escalera en el cielo o una camita acolchada para que alguien subiera y se quedara…

Y en efecto el presagio se cumplió, alguien se fue.

Celebro Octubre en honor de una persona especial que he amado desde que tengo uso de razón, quien estuvo siempre en mi cuadro de vida, que llegó como brisa fresca en un día de Octubre y también en un Octubre como el de hoy, se ha ido. En mi corazón sus huellas.

Y se despidió Octubre hoy, temprano y gris… como las emociones de las despedidas.

Te extrañare, abuela. Cielo, te veo, gracias por estar.

Septiembre se despidió… no se pudo quedar

Septiembre en su despedida, me recuerda que nada se queda permanentemente, aunque nos guste o aunque no. Alivio en algunos casos, carga dura de llevar en otros. Lo que nos acompaña realmente es lo que sentimos.

Con su atardeceres últimos en tonos grises, también se encargó de recordarme que de tonos variantes está hecha la vida. El cielo sigue siendo Cielo, se pinte del color que se pinte; no depende de lo que ocurra, es lo que es y nada lo cambia.

Tan diferente a nosotros… que todo nos influye, nos afecta y muchas veces hasta nos retira del camino que pensamos seguir alguna vez.

Una tarde gris y un día encendido, fueron de las lecciones más vivas que este mes nueve me dejó, y aunque nueve para nada es mi número favorito, me disfrute todo lo que me entregó .

Me confirma una vez más, que por mucho brillo… en algún momento todo esta nublado; y por mucha catástrofe una semilla resurge en vida y la luz del cielo sigue alumbrando.

Mes en el que tendí un puente, que muchas veces se cayó, pero que hasta hoy sigo transitando, entendiendo que: veo tan lejos el punto de origen, como soy capaz de ver tan cerca el punto de llegada al otro lado.

Cuantas huellas nos hallamos consumidos, restarán las que tenemos pendientes de andar.

Este septiembre que se ha ido, también me deja la lección de saber que: se puede estar a 5 grados y a 40 en un mismo sentimiento, en corazones distintos y eso no lo invalida, solo lo lleva al nivel se la comprensión y la entrega verdadera. Incomprensible, pero sucede, y se puede.

Septiembre, tu ida me recuerda que para bien o para mal, cuando alguien decide irse nadie puede retenerlo... aunque la presencia física siga estando por ahí.

Lo que se va… se va!

Cielo, tu presente, vistiendo Septiembre en su despedida y dando la bienvenida a otro mes, que ya viene.

Septiembre se despidió…

Ya Septiembre es pasado, pero igual merece el resguardo en mis letras de sus últimos días y horas, por la forma en que me trató y las lecciones que me dejó.  Fue un mes un tanto atípico, con mis sentimientos bajo control un tanto desordenados; un mes que comenzó con una timidez enmascarada y termino casi en tormenta desatada.  Eso me lleva a pensar que indiscutiblemente así también somos.

A ratos podemos estar totalmente clamados y controlados y luego una emoción nos revuelve el corazón.

Esta última semana, sus atardeceres se vistieron de la gala de quién se va, pero en una fiesta… nada de tristezas no de despedidas…


Colores intensos llenaron el espacio y un cielo multicolor mostró que aunque sea de los últimos meses, no implica que este vencido, viejo o desauciado.

Ha sido un mes de transición para muchos entre lo que fue un verano ardiente y lo que podría ser un gélido invierno, mientras eso ocurría, algunas de sus últimas tardes algunas veces fueron secas y otras un tanto mojadas en este lado del mundo… en el lado del corazón de esto que llaman América.


Ayer con la despedida del mes, la tarde se vistió de lluvia, fuertes vientos soplaron y la amenaza de un huracán o tormenta tropical nunca antes vista se cirnió sobre nuestro territorio… bastaron tan solo pocos minutos de fuertes gotas y un recio viento para que todo  colapsara y  se llenara irremediablemente de agua lo que conformaban las vías terrestres, ya que lo caído del cielo no encontraba por donde escurrir, pero al final no pasó de allí.


Igualmente en nuestra vida llegan amenazas de tormentas y a veces creemos que perecemos bajos las aguas de las dudas y nos encontramos sin salida, pero ¿sabes qué? En algún momento ella fuerte corriente que nos arrasaba Roma otro giro y sale de nuestro camino; tarde o temprano todo pasa, así sea con nosotros a cuesta.

Y en cuanto a lo anegado de las calles, no puede ocurrir de la misma manera… que lo que emerge de nuestro corazón, tampoco consigue por donde salir o mejor dicho, no tiene quien lo reciba y eso puede terminar ahogándonos o inundándonos de manera peligrosa.  Así que roguemos porque nuestra tormenta interna no arrecie intensamente.

Septiembre se marchó, y me dejo un sabor de ausencia con presencia un tanto difícil de digerir. Tuvo sus lágrimas y sonrisas como todos los meses, colores y días grises para amar a unos y otros y esperanza porque llegue el mes de las hojas caídas y los sentimientos descubiertos.


Este ha sido Septiembre, el de los 9’s el que se deja iluminar con un rayo en medio de la tormenta. El que me conquisto de a poco y que también me dejó como es obligatorio.

Así ocurre con nuestro corazón y sus tristezas, cuando alguien nos toca y como un rayo de luz, simplemente nos enciende, para luego oscurecernos totalmente cuando ya no le encontramos. Increíble y paradójico que quién nos enciende puede apagar os de alguna manera.

Toca despedirte Septiembre, con la promesa de que vuelvas y si yo ya no estuviere, quedan mis letras con tus registros de lo que hiciste en mí, en medio de tus atardeceres.